Diagnóstico y acciones en territorio: una experiencia en la prevención de la enfermedad renal crónica

Diagnóstico e ações no território: uma experiência na prevenção da doença renal crônica

Diagnosis and actions in the field: an experience in the prevention of chronic kidney disease

Para citación de este artículo: Navarta, R., Oberto, M. G., Láquis, M. y Celi, M. A. (2025). Diagnóstico y acciones en territorio: una experiencia en la prevención de la enfermedad renal crónica. Revista Masquedós, 10(14), 1-9. https://doi.org/10.58313/masquedos.2025.v10.n14.427

La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es un problema de salud pública creciente a nivel mundial, afectando a millones de personas, especialmente en Argentina. Su prevalencia ha aumentado debido a factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes y los hábitos alimentarios inadecuados. A partir de la iniciativa de un equipo de investigación en colaboración con la Sociedad de Nefrología, Hipertensión Arterial y Medicina Interna de Córdoba se gestó un proyecto de extensión desarrollado por estudiantes y docentes de la Escuela de Nutrición, Facultad de Ciencias Médicas (FCM), Universidad Nacional de Córdoba (UNC). El objetivo fue sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de la alimentación y los hábitos saludables en la prevención de la ERC. La encuesta diagnóstica permitió identificar el nivel de conocimiento y las prácticas de la comunidad en relación al consumo de sodio y agua, revelando que muchas personas desconocen las recomendaciones nutricionales y presentan hábitos de consumo perjudiciales para la salud renal. A partir de los resultados, se diseñaron y pusieron en marcha diversas acciones educativas, como la distribución de materiales informativos y la realización de consejería nutricional que promovieron hábitos saludables. La participación activa del estudiantado enriqueció el proceso de sensibilización y les permitió aplicar conocimientos teóricos en contextos reales. Este enfoque integral, basado en la información obtenida del diagnóstico, favoreció la construcción de estrategias adaptadas a las necesidades específicas de la comunidad, con el fin de fortalecer la prevención de la enfermedad renal y mejorar la formación académica de los estudiantes.

Palabras clave: extensión universitaria; estudiantes; promoción de la salud; alimentación.

Doença Renal Crônica (DRC) é um problema de saúde pública em crescimento global, afetando milhões de pessoas, especialmente na Argentina. Sua prevalência tem aumentado devido a fatores de risco como hipertensão, diabetes e hábitos alimentares inadequados. A partir da iniciativa de uma equipe de pesquisa, em colaboração com a Sociedade de Nefrologia, Hipertensão Arterial e Clínica Médica de Córdoba, foi desenvolvido um projeto de extensão realizado por estudantes e docentes da Escola de Nutrição da Faculdade de Ciências Médicas (FCM), da Universidade Nacional de Córdoba (UNC). O objetivo foi sensibilizar a comunidade sobre a importância da alimentação e dos hábitos saudáveis na prevenção da Doença Renal Crônica (DRC). Uma pesquisa diagnóstica foi realizada para avaliar o conhecimento e as práticas da comunidade em relação ao consumo de sódio e água. Os resultados revelaram que muitas pessoas desconheciam as recomendações nutricionais e apresentavam hábitos alimentares prejudiciais à saúde renal. Com base nesses achados, foram planejadas e implementadas diversas ações educativas, incluindo a distribuição de materiais informativos e sessões de orientação nutricional para promover hábitos mais saudáveis. A participação ativa dos estudantes enriqueceu o processo de conscientização e permitiu a aplicação do conhecimento teórico em contextos reais. Essa abordagem abrangente, fundamentada nos resultados do diagnóstico, facilitou o desenvolvimento de estratégias adaptadas às necessidades específicas da comunidade, visando fortalecer a prevenção da doença renal e melhorar a formação acadêmica dos estudantes.

Palavras-chave: extensão universitária; estudantes; promoção da saúde; doença renal; alimentação.

Chronic Kidney Disease (CKD) is an increasing public health concern worldwide, affecting millions of people, particularly in Argentina. Its prevalence has risen due to risk factors such as hypertension, diabetes, and inadequate dietary habits. Based on the initiative of a research team in collaboration with the Society of Nephrology, Hypertension, and Internal Medicine of Córdoba, an extension project was developed by students and faculty from the School of Nutrition, Faculty of Medical Sciences (FCM), National University of Córdoba (UNC). The aim was to raise community awareness about the importance of nutrition and healthy habits in the prevention of Chronic Kidney Disease (CKD). A diagnostic survey was conducted to assess the community’s knowledge and practices regarding sodium and water consumption. The results revealed that many individuals were unaware of nutritional recommendations and engaged in dietary habits harmful to kidney health. Based on these findings, various educational interventions were designed and implemented, including the distribution of informational materials and nutritional counseling sessions to promote healthier habits. The active participation of students enriched the awareness-raising process and allowed them to apply theoretical knowledge in real-world settings. This comprehensive approach, grounded in diagnostic findings, facilitated the development of strategies tailored to the specific needs of the community, aimed at strengthening kidney disease prevention and improving students’ academic performance.

Keywords: university outreach; students; health promotion; kidney disease; nutrition.

La enfermedad renal crónica (ERC) es un problema de salud pública a nivel mundial, caracterizado por su progresión silenciosa y su impacto en la calidad de vida de quienes la padecen (Sequera Ortiz, 2023). Según datos recientes, en Argentina, afecta a alrededor de 4,1 millones de personas, su prevalencia se asocia a factores de riesgo como la hipertensión arterial, la diabetes y los hábitos alimentarios inadecuados (Ministerio de Salud de la Nación, 2020). Dado que la progresión de la enfermedad puede ser lenta y asintomática en sus etapas iniciales, la prevención y el diagnóstico temprano son fundamentales para mitigar sus efectos. En este sentido, es clave implementar estrategias de comunicación e información que sensibilicen a la población sobre la problemática y faciliten la incorporación de hábitos alimentarios saludables, que juegan un papel crucial en la prevención y el manejo de la enfermedad, junto con la reducción de factores de riesgo como la obesidad, el sobrepeso, la hipertensión arterial, la hiperglucemia, el sedentarismo y el tabaquismo (Ministerio de Salud de la Nación, 2022; Inserra et al., 2023).

En este escenario, la extensión universitaria desempeña un papel fundamental en la producción y aplicación del conocimiento en entornos comunitarios, funcionando como un puente entre el ámbito académico y la sociedad, lo que favorece el enriquecimiento mutuo (Marder et al., 2019). En este sentido, la articulación entre investigación y extensión se presenta como una herramienta clave, no solo para generar saberes nuevos, construidos de manera colectiva y adaptados a los contextos específicos en los que se implementarán, sino también para organizar y sistematizar la información recabada, fortaleciendo futuras intervenciones. Esto facilita la construcción de evidencia basada en la práctica. En este marco, un proyecto de investigación^¹ sobre la ERC identificó la necesidad de articular con la extensión universitaria para conocer la información que tiene la comunidad sobre esta problemática y diseñar estrategias de comunicación que promuevan un diálogo de saberes.

A partir de esta iniciativa, surge el proyecto de extensión "El valor de los alimentos en la salud renal"^², desarrollado por docentes y estudiantes de la carrera Licenciatura en Nutrición de la Escuela de Nutrición de la FCM de la UNC, en convenio con la Sociedad de Nefrología, Hipertensión Arterial y Medio Interno de Córdoba. Su objetivo fue sensibilizar a la población sobre la importancia de la alimentación y los hábitos saludables en la prevención de la ERC. No obstante, es importante reconocer que las necesidades y prioridades de la comunidad pueden redefinirse durante la implementación del proyecto. La primera etapa en territorio permitió un acercamiento directo con la población, facilitando la identificación de nuevas problemáticas, inquietudes y oportunidades de acción a partir del diálogo y la interacción con la comunidad.

Este trabajo documenta los primeros pasos del proyecto, cuyo propósito fue comprender y sistematizar el conocimiento de las personas y sus prácticas de consumo de sodio y agua. A partir de esta información, se generaron espacios de diálogo orientados a la construcción colectiva de saberes y el fortalecimiento de acciones de sensibilización, adaptadas a las necesidades específicas de la comunidad.

La integración de la investigación en la extensión universitaria es una estrategia clave para generar conocimiento aplicable y transformador. La combinación de metodologías de investigación con experiencias extensionistas en territorio, brinda un enfoque contextualizado, valida hallazgos en escenarios concretos y promueve preguntas relevantes surgidas de la comunidad (Paredes y Lubo, 2024). Desde un enfoque de extensión crítica, esta articulación fomenta el diálogo de saberes y la producción colectiva de conocimientos, desafiando las prácticas académicas convencionales. En otras palabras, esta interacción genera nuevas formas de enseñanza y aprendizaje en comunidad, promoviendo una relación más equitativa entre la academia y los contextos sociales (Ibarzabal y Tommasino, 2024; Norberto et al., 2021).

En este camino de vinculación con la docencia, la participación estudiantil en actividades de extensión no solo permite aplicar conocimientos teóricos en contextos reales, sino que también favorece la evaluación de situaciones sociales, la identificación de problemáticas emergentes y el desarrollo de soluciones desde un enfoque dinámico de aprendizaje (Sandoval Gutiérrez et al., 2025). En esta línea, Anijovich y Mora (2012) sostienen que la extensión universitaria es una estrategia pedagógica fundamental, ya que integra teoría y práctica, fortaleciendo el aprendizaje y el compromiso con el entorno social.

La relación entre extensión y aprendizaje es inseparable y promueve el trabajo interdisciplinario, donde los conocimientos se construyen de manera colectiva. En este proceso educativo, los roles de quienes enseñan y aprenden no son fijos ni jerárquicos, sino que se generan intercambios de saberes en un marco de aprendizaje colaborativo. Asimismo, la integración de la investigación con la extensión rompe con los paradigmas tradicionales, ya que orienta la producción de conocimiento hacia las necesidades y demandas de las comunidades. De este modo, la construcción del conocimiento se convierte en un proceso dialógico y socialmente acordado, en el que diversos actores participan activamente tanto en la formulación de los problemas de estudio como en la evaluación de los resultados obtenidos (Norberto et al., 2021).

La interrelación entre los tres pilares de la educación superior —investigación, extensión y docencia— posibilita la reconstrucción de sentidos y el fomento de ciudadanías activas, en espacios donde priman el respeto, el diálogo y la escucha (Rafaghelli, 2013). A través de estos procesos, las personas involucradas de proyectos de extensión encuentran un espacio para expresar inquietudes y visibilizar diferentes formas de comprender la realidad, lo que fortalece la participación ciudadana y promueve la transformación social (Norberto et al., 2021).

En respuesta a la creciente prevalencia de la ERC en la población, se identificó junto con la Sociedad de Nefrología, Hipertensión Arterial y Medio Interno de Córdoba, la necesidad de fortalecer estrategias de prevención mediante la educación en hábitos saludables. La entidad solicitó asesoramiento y apoyo para trabajar contenidos vinculados a la alimentación saludable, con especial énfasis en la promoción de prácticas que contribuyan al cuidado de la salud renal. A partir de allí, la primera etapa del proyecto comenzó con una convocatoria abierta a estudiantes de 3er y 4to año de la carrera Licenciatura en Nutrición, cuyas trayectorias académicas acreditaban las asignaturas pertinentes a la temática abordada^³.

El equipo extensionista estuvo conformado por 14 estudiantes y 8 docentes de la Escuela de Nutrición. En una instancia inicial, se generó un espacio de intercambio donde se compartieron expectativas y debatieron saberes, experiencias en proyectos de educación en salud e intereses vinculados a la propuesta. Este proceso permitió construir colectivamente interrogantes, tales como ¿qué conocimiento posee la comunidad sobre los factores de riesgo de la enfermedad renal crónica? ¿Qué prácticas alimentarias podrían estar influyendo en su prevención o desarrollo?

A partir de estos planteos, surgió la necesidad de realizar un diagnóstico a través de una encuesta semiestructurada y anónima a la población general mayor de 18 años. Se diseñó una encuesta en Google formulario y fue administrada por el equipo extensionista. La misma permitió relevar información sobre datos sociodemográficos (edad y género), presencia de enfermedad renal y tratamiento asociado, conocimiento de casos cercanos, y nivel de información sobre consumo de sodio, agua y alimentos procesados y ultraprocesados. Además, se indagó sobre prácticas concretas como el uso de sal al cocinar o al comer, la lectura de etiquetas para identificar el contenido de sodio, el consumo de alimentos procesados y/o ultraprocesados, y la ingesta diaria de agua. Este instrumento buscó propiciar un intercambio con la comunidad que permitiera sistematizar el conocimiento generado, el cual se constituyó en un insumo fundamental para el diseño e implementación de estrategias de intervención en territorio. Al respecto, Abeledo y Menéndez, (2018) subrayan que, en estos espacios de colaboración e intercambio, surge la necesidad estratégica de vincular la investigación con la extensión. Esto no solo busca fomentar la apropiación social del conocimiento y fortalecer los procesos de innovación social, sino también generar nuevos saberes colectivamente construidos y adaptados a los contextos de aplicación.

El 14 de marzo de 2024, en conmemoración del Día Mundial del Riñón, se llevó a cabo la actividad en espacios altamente transitados y aledaños a Ciudad Universitaria, en la ciudad de Córdoba, Argentina. A lo largo del día, el equipo extensionista invitó a participar voluntariamente de la encuesta, constituyéndose en un muestreo no probabilístico por conveniente. A partir de los resultados obtenidos, el estudiantado elaboró la base de datos, la cual fue luego analizada por quienes realizaron el presente trabajo.

En total, se encuestó a 182 personas. La mayoría (n=117) eran mujeres jóvenes, lo que coincide con estudios que señalan que este grupo poblacional tiende a mostrar mayor disposición a expresar sus opiniones y a participar activamente en diferentes ámbitos (Madeira et al., 2023; Vidal Correa, 2015). De las personas encuestadas, 45 manifestaron conocer a alguien con enfermedad renal, en su mayoría vínculos cercanos. A su vez, 9 personas indicaron padecer una enfermedad renal, de las cuales 3 se encontraban en tratamiento al momento de la encuesta.

En la tabla I se comparten los conocimientos y prácticas de las personas sobre el consumo de sodio y agua. La mayoría conocía las principales recomendaciones sobre el consumo de sal porque las escuchó en una consulta médica o nutricional, en los medios de comunicación y/o en conversaciones con su círculo social. Se mencionan algunas expresiones: “te aumenta la presión”, “tenes que poner menos sal a la comida”, “cada vez le pones más y más sin darte cuenta”. Al indagar en sus preferencias y costumbres culinarias, más de la mitad reconoció que utiliza sal al cocinar, además el 93,9% adiciona sal al plato una vez listo para comer. Asimismo, la mayoría consume alimentos procesados y ultraprocesados como embutidos, gaseosas, enlatados y snacks. A su vez, varias personas mencionaron que suelen leer las etiquetas de los alimentos y que el sello de “exceso en sodio” les facilita esta tarea, ya que al revisar la información nutricional, no comprenden los valores indicados ni los de referencia, algo que consideraban habitual. No obstante, cerca del 60% indicó no leerlas habitualmente.

En cuanto al consumo de agua, más de la mitad consume menos de 6 vasos de agua por día. Esto representa una ingesta hídrica insuficiente teniendo en cuenta las directrices de las Guías Alimentarias para la Población Argentina (Ministerio de Salud, 2016) que recomiendan una ingesta diaria de líquidos de entre 2 y 2,5 litros por persona, lo que equivale aproximadamente a 8 vasos de agua segura al día.

Tabla I. Conocimiento de las personas encuestadas y sus prácticas de consumo de sodio y agua

En esta instancia diagnóstica, la encuesta en territorio no fue concebida únicamente como una herramienta técnica de recolección de datos, sino como una estrategia metodológica para propiciar el encuentro y el diálogo con la comunidad, donde el saber académico se tensiona y se enriquece con los saberes populares. Desde esta perspectiva, el instrumento se resignifica como un disparador para identificar representaciones sociales, reconocer saberes locales y establecer relaciones de confianza, fundamentales para el desarrollo de acciones colectivas y transformadoras (Norberto, Bustos & Zorrilla, 2021; Ibarzabal & Tommasino, 2024). Así, la encuesta trasciende su dimensión instrumental y se integra como parte de una estrategia de vinculación territorial que promueve la producción horizontal y situada de conocimiento.

Esta práctica se aleja de modelos asistencialistas o de transferencia unidireccional del saber académico. Tal es así que, a partir del conocimiento obtenido mediante las encuestas diagnósticas participativas, se definieron estrategias de intervención que incluyeron la elaboración de materiales educativos accesibles^⁴, la realización de encuentros participativos, el uso de metodologías interactivas y la generación de espacios de escucha activa. Estas acciones buscaron establecer una comunicación bidireccional con la comunidad, generando condiciones propicias para el intercambio de saberes en futuras intervenciones.

La participación activa del estudiantado en estas instancias permitió enriquecer el proceso con nuevas perspectivas y fortalecer el trabajo territorial, promoviendo un aprendizaje significativo a partir de la interacción directa con la comunidad.

Entre los recursos diseñados, se elaboraron tres modelos de señaladores con recetas, recomendaciones y códigos QR que dan acceso a videos educativos sobre hidratación, consumo de sodio y etiquetado frontal de alimentos. Estos materiales fueron concebidos como herramientas pedagógicas que articulan el conocimiento técnico con formas accesibles y culturalmente adecuadas de comunicación. Su elección se sustentó en experiencias previas que destacan la efectividad de estos formatos para acercar contenidos educativos de manera atractiva y comprensible (Oberto et al., 2020). El enfoque metodológico adoptado, centrado en el diagnóstico participativo y en estrategias de comunicación culturalmente adaptadas, encarna los principios de una extensión dialógica, situada y comprometida.

Durante el segundo semestre del año, se llevaron a cabo tres intervenciones vinculadas a efemérides relevantes para la temática: Día del Licenciado/a en Nutrición, Día Mundial de la Alimentación y Semana Mundial del Corazón. En el marco de estas acciones, se distribuyó el material educativo, se realizó consejería nutricional personalizada, y se ofrecieron frutas frescas y agua. La participación estudiantil fue clave en este proceso. Desde la perspectiva de la docencia universitaria, la extensión constituye un escenario pedagógico privilegiado donde se ensayan formas de enseñar y aprender más allá del aula, en relación directa con los problemas sociales concretos (Sandoval Gutiérrez et al., 2025; Anijovich y Mora, 2012). A través de estas experiencias, el estudiantado interioriza la complejidad de las prácticas profesionales y resignifica sus conocimientos académicos a la luz del contacto con la realidad social.

En sintonía con los aportes de varios autores, este tipo de experiencias adquiere especial relevancia en tanto constituye un componente fundamental de una formación universitaria profundamente comprometida con su entorno social y territorial. La articulación entre docencia, investigación y extensión no solo fortalece la formación profesional del estudiantado, sino que también permite a la universidad revisar críticamente sus propios marcos de producción de conocimiento y sus formas de vinculación con la sociedad (Gezmet, 2018; Cáceres et al., 2024). Tal como sostiene Gezmet (2018), la extensión no debe quedar relegada a lo voluntario o extracurricular, sino formar parte de la formación académica como una estrategia pedagógica que propicie aprendizajes situados, construcción de ciudadanía y compromiso social. En ese sentido, las voces del estudiantado dan cuenta de este proceso: “las personas realizan consultas más amplias sobre el tema que no estaban en la entrevista y pude responder con conocimientos”, “me sentí con herramientas suficientes para responder las dudas y escuchar lo que decían”, “pude aplicar lo aprendido pero me costó al principio brindar información de manera simple y clara, pero a lo largo de la jornada lo pude lograr”, “cada materia que curse a lo largo de estos cuatro años me transmitió qué nunca me tengo que posicionar como superior o dueña del saber si no que tengo que hacer sentir a la persona cómoda para que pueda confiar y sentirse escuchada y esto me sirvió mucho para que haya un ida y vuelta y no sea solo una encuesta unidireccional”, “considero que explique concepto teórico de alguna manera con ejemplos o lenguaje coloquial”. Estas reflexiones permiten observar cómo la extensión universitaria, en tanto espacio formativo, genera transformaciones en el estudiantado, promoviendo valores como la empatía, la escucha activa y la responsabilidad social (Marder et al., 2019).

El presente trabajo permitió identificar que una gran parte de la comunidad presenta hábitos de consumo de sodio y agua que pueden comprometer la salud renal, lo que refuerza la necesidad de profundizar estrategias educativas basadas en la promoción de la salud. La información recopilada contribuye a la investigación sobre la ERC, al proporcionar datos actualizados sobre conocimientos y prácticas alimentarias de la población, lo cual facilita el diseño de intervenciones pertinentes y adaptadas al contexto. Desde esta perspectiva, la experiencia realizada aporta significativamente al campo de la extensión crítica, al mostrar cómo el diagnóstico participativo, la construcción de materiales educativos y la intervención en territorio pueden articularse en una estrategia pedagógica dialógica, transformadora y situada, orientada a la promoción de la salud y al fortalecimiento de vínculos con la comunidad. Además, representó una instancia pedagógica y social significativa en la formación integral del estudiantado a partir de procesos de co-construcción de saberes, donde el territorio no es un simple receptor, sino un espacio de diálogo, tensión y creación colectiva,

Finalmente, la sistematización de esta experiencia ofrece insumos valiosos para replicar las metodologías participativas y estrategias de diagnóstico comunitario adaptadas a otros contextos. Asimismo, permite profundizar la reflexión sobre cómo, desde la extensión universitaria, es posible construir conocimientos situados y relevantes para los territorios, al mismo tiempo que se promueve la salud renal.

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Rocío Navarta. Maestranda en Salud Materno Infantil. Lic. en Nutrición. Secretaria Técnica de la Escuela de Nutrición de la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Es Docente de Grado en las Cátedras de Nutrición Clínica Pediátrica de la Escuela de Nutrición FCM UNC y Ciclo de Iniciación a los Estudios Universitarios en Nutrición de la Escuela de Nutrición FCM UNC. Además es Docente de Posgrado Universitario y Extensionista de Proyectos de Extensión acreditados en Compromiso Social Estudiantil de la UNC.

Maria Georgina Oberto. Mgter. en Microbiología con Orientación en Investigación en Salud Humana. Esp. en Docencia en Entornos Virtuales con orientación en Docencia de Nivel Superior. Lic. en Nutrición. Profesora Titular de las cátedras Introducción a la Microbiología y Parasitología, y Microbiología y Parasitología Aplicada a los Alimentos, y docente en carreras de posgrado de la FCM, UNC. Docente Extensionista Categorizada y Directora de Proyecto de Extensión acreditados en Compromiso Social Estudiantil-UNC. Investigadora en proyectos de investigación de estudios nutricionales vinculados a enfermedades crónicas, con abordaje clínico, epidemiológico y geomático, aplicándose en el proceso de producción y divulgación de conocimiento y proyectos con seguimiento a tesinistas

Mariana Láquis. Dra en Ciencias de la Salud, Lic. en Nutrición. Directora de la Escuela de Nutrición (EN), FCM, UNC. Es profesora Titular en la Cátedra Nutrición Clínica Pediátrica y Especialista en Nutrición Pediátrica. Tiene una maestría en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Es coordinadora Académica de la carrera de Especialidad en Nutrición Pediátrica.

María Alejandra Celi. Licenciada en Nutrición. Secretaria Académica de la Escuela de Nutrición (EN), Facultad de Ciencias Médicas (FCM), Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Docencia de grado y posgrado universitario en las cátedras de Nutrición Clinica I y III, EN, UNC. y docente en carreras de posgrado de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba. Es Docente Extensionista Categorizada y Directora de Proyecto de Extensión acreditados en Compromiso Social Estudiantil-UNC. Es investigadora en proyectos de investigación de estudios nutricionales vinculados a enfermedades crónicas, con abordaje clínico, epidemiológico y geomático. Desarrolla actividades de producción y divulgación de conocimiento y proyectos con seguimiento a tesinistas

1 Proyecto Consolidar SeCyT UNC 2023-2027 “Evaluación multidimensional del estado nutricional y los factores de riesgo cardiometabólicos de personas hemodializadas en la provincia de Córdoba”.

2 Aprobado por el Programa Compromiso Social Estudiantil (CSE-19° convocatoria, código 202401135) de la Universidad Nacional de Córdoba, año 2024 y financiado por la Sociedad de Nefrología, Hipertensión Arterial y Medio Interno de Córdoba.

3 Requisito haber cursado o aprobado las asignaturas Comunicación para la Educación Alimentaria y Nutricional; Nutrición Clínica I; Seminario de Investigación Cuantitativa y Desarrollo Comunitario y Nutrición.

4Acceso al material educativo para la prevención de la ERC a través del siguiente enlace: linktr.ee/diadelrinon_en_fcm_unc

	Frecuencia	Porcentaje (%)
Conoce recomendaciones de consumo de sodio para prevenir enfermedad renal
Sí, mucho	66	36,3
Sí, algo	98	53,8
No, nada	18	9,9
Lee las etiquetas de los alimentos para verificar su contenido en sodio
Sí, siempre	30	16,5
Sí, a veces	48	26,4
No, nunca	104	57,1
Utiliza sal al momento de cocinar
Sí, siempre	105	57,7
Sí, a veces	74	40,6
No, nunca	3	83,7
Agrega sal adicional al momento de comer
Sí, siempre	171	93,9
Sí, a veces	5	2,7
No, nunca	6	3,4
Consume alimentos procesados y ultraprocesados
Sí, frecuentemente	65	35,7
Sí, ocasionalmente	113	62,1
No, nunca	4	2,2
Cantidad de vasos de agua consume al día
No consumo	2	1,1
Menos de 4	36	19,8
4 a 6	62	34,1
Más de 6	82	45,0