Emociones en el cuerpo y en el mapa: una actividad de extensión en la ciudad de Bahía Blanca durante el “Mes de la Mujer” del año 2024 que puede replicarse
Emoções no corpo e no mapa: uma atividade de extensão na cidade de Bahía Blanca durante o “Mês da Mulher” de 2024 que pode ser replicada
Emotions in the body and on the map: an outreach activity in the city of Bahía Blanca during the 2024 “Women's Month” that can be replicated
Antonella Mauri
ADETER-DGyT-UNS/CONICET,
https://orcid.org/0000-0001-6015-945X
María Belén Nieto,
ADETER-DGyT-UNS,
https://orcid.org/0000-0002-5302-6242
Ruth Ortíz de Rosas,
SGCyE-UNS/DCS-UNS,
https://orcid.org/0009-0006-0639-0646
Sección:Extensión en Movimiento
Recepción: 20/12/2024 Aceptación final: 08/03/2025
Para citación de este artículo: Mauri, A., Nieto, M. B. y Ortíz de Rosas, R. (2025). Emociones en el cuerpo y en el mapa: una actividad de extensión en la ciudad de Bahía Blanca durante el “Mes de la Mujer” del año 2024 que puede replicarse. Revista Masquedós, 10(14), 1-8. https://doi.org/10.58313/masquedos.2025.v10.n14.368
Resumen
En
el artículo se busca socializar los resultados que se obtuvieron
mediante la observación participante, cuestionarios y mapeos que se
realizaron en una experiencia de taller que se tituló Mapear
nuestros cuerpos situados en el espacio público.
Se trató de una actividad de extensión que integró la Geografía
Humana con la Expresión Corporal desde una perspectiva de género
interseccional a partir de la propuesta de la Secretaría de Cultura
y Extensión de la Universidad Nacional del Sur, en la localidad de
Bahía Blanca, de desarrollar una serie de actividades en
conmemoración del “Mes de la Mujer” del año 2024.
El objetivo de la experiencia fue reflexionar sobre las vivencias y emociones en el espacio urbano mediante la elaboración de cartografías alternativas. La metodología se estructuró en cinco etapas, con consignas individuales, grupales y colectivas que exploraron la relación mente-cuerpo-espacio. En el plano de la práctica, los resultados evidenciaron las desigualdades que se producen al momento de usar el espacio público y la dualidad de los espacio-tiempo a partir de la identificación de espacios con rasgos topofóbicos y topofílicos. En el plano de la articulación entre las dos disciplinas, si bien se fue sumamente enriquecedor y puede replicarse, aún se mantiene el desafío de profundizar la articulación.
Palabras clave: Geografía Humana; Expresión Corporal; cartografía alternativa; emociones; espacio público; perspectiva de género interseccional
Resumo
O
artigo busca socializar os resultados obtidos por meio da observação
participante, de questionários e de mapeamentos realizados em uma
experiência de oficina intitulada Mapear
nossos corpos situados no espaço público.
Tratou-se de uma atividade de extensão que integrou a Geografia
Humana com a Expressão Corporal a partir de uma perspectiva de
gênero interseccional, proposta pela Secretaria de Cultura e
Extensão da Universidade Nacional do Sul, na cidade de Bahía
Blanca, para o desenvolvimento de uma série de atividades em
comemoração ao “Mês da Mulher” de 2024.
O objetivo da
experiência foi refletir sobre as vivências e emoções no espaço
urbano mediante a elaboração de cartografias alternativas. A
metodologia foi estruturada em cinco etapas, com consignas
individuais, grupais e coletivas que exploraram a relação
mente-corpo-espaço. No plano prático, os resultados evidenciaram as
desigualdades produzidas no momento de usar o espaço público e a
dualidade dos espaço-tempos a partir da identificação de espaços
com características topofóbicas e topofílicas. No plano da
articulação entre as duas disciplinas, embora tenha sido
extremamente enriquecedora e passível de replicação, ainda
permanece o desafio de aprofundar essa articulação.
Palavras-chave:
Geografia Humana; Expressão Corporal; cartografia alternativa;
emoções; espaço público; perspectiva de gênero interseccional
Abstract
This
article seeks to share the results obtained through participant
observation, questionnaires, and mapping carried out during a
workshop experience titled Mapping
Our Bodies Situated in Public Space.
This was an outreach activity that integrated Human Geography and
Body Expression from an intersectional gender perspective, based on a
proposal by the Office of Culture and Outreach of the National
University of the South, in the city of Bahía Blanca, to develop a
series of activities in commemoration of “Women’s Month” in
2024.
The aim of the experience was to reflect on lived
experiences and emotions in urban space through the creation of
alternative cartographies. The methodology was structured in five
stages, with individual, group, and collective tasks that explored
the mind-body-space relationship. In practical terms, the results
showed the inequalities that arise when using public space and the
duality of space–time, identified through spaces with topophobic
and topophilic characteristics. Regarding the articulation between
the two disciplines, although the experience proved to be highly
enriching and replicable, the challenge of deepening this
articulation still remains.
Keywords:
Human Geography; Body Expression; alternative cartography; emotions;
public space; intersectional gender perspective
Introducción
En el marco de las actividades que organizó la Secretaría General de Cultura y Extensión (SGCyE) de la Universidad Nacional del Sur (UNS) por el “Mes de la Mujer” en 2024, se desarrolló una actividad que se tituló Mapear nuestros cuerpos situados en el espacio público. La propuesta la llevaron adelante integrantes del Departamento de Geografía y Turismo junto a una representante de Pulsiones Danza, un programa de Cultura y Extensión Universitaria.
El eje central de la experiencia de extensión fue la reflexión sobre las vivencias individuales y colectivas en el espacio urbano desde las subjetividades, a partir de las emociones que subyacen en los diferentes lugares y trayectos de la ciudad. Para lo cual se ideó una estrategia metodológica en cinco etapas, en la que se articula la reflexión individual, grupal y colectiva con herramientas de cartografía alternativa.
En este trabajo, se busca socializar la experiencia desde el punto de vista conceptual, metodológico y reflexivo para dar cuenta de la posible articulación entre Geografía y Expresión Corporal. Es por ello que en el documento, luego de esta breve introducción, se presentan los fundamentos teóricos que sustentan la propuesta. Posteriormente, se describe la metodología que se implementó en el taller de mapeo y su posterior sistematización. A continuación, se abordan los resultados del análisis preliminar que se obtuvo a través de la observación participante. Finalmente, se incluyen reflexiones sobre el impacto de esta experiencia en el ámbito de la extensión universitaria y las posibilidades de replicar esta metodología en otros contextos.
Cuerpo-mente y espacio urbano desde dos miradas complementarias
Las personas, como seres cuerpo-mente, se vinculan con el espacio mediante elecciones de movilidad, recorridos, ritmos, entre otros, como resultado de las percepciones individuales ante contextos determinados. En sus recorridos y modos de socialización cotidianos, las personas construyen sus imágenes mentales de aquellos espacios que transitan en lo cotidiano y de aquellos otros que no transita pero que se catalogan a partir de fuentes secundarias (conversaciones con conocidos, medios de comunicación, redes sociales, etc.). Esos mundos personales inherentes a todo ser humano son los que regulan los comportamientos (Delgado Mahecha, 2003) en la interacción cuerpo-mente-espacios. Pero, ¿todas las personas se relacionan de igual manera con su entorno? ¿cómo usan y se apropian del espacio que los rodea?, ¿qué factores influyen al momento de determinar sus recorridos?, ¿qué emociones les producen los diferentes contextos?
Las respuestas a esas incógnitas problematizadoras del espacio vivido se pueden abordar desde diferentes disciplinas científicas y prácticas sociales. En este texto en particular, se articula la Geografía con la Expresión Corporal para contextualizar una experiencia de extensión concreta.
En el marco de una Geografía Humana renovada y enriquecida por la Geografía de Género, que surge luego del Giro Cultural1, es posible establecer los cruces entre cuerpo, interseccionalidad, percepción y espacio público. En primer lugar, como afirman Soto Villagrán (2009) y García Ramón (2019), hay que comprender que el espacio no es neutro ni asexuado, sino que se produce, reproduce y transforma a partir de relaciones de género que asignan espacios de manera estereotipada.
En segundo lugar, se considera necesario ampliar la mirada y pensar en una perspectiva de género interseccional, para reconocer que así como las relaciones de género son relaciones de poder, también lo son la etnia, la sexualidad, la clase social, la edad, la discapacidad, la edad, etc. Estas características atraviesan a las personas de manera simultánea en forma de privilegio u opresión, como expresa Rodó de Zárate (2015). Estas estructuras sociales, muchas veces naturalizadas, siguen presentes en la reproducción de subjetividades y en la creación de identidades, desde el punto de vista material, imaginario y simbólico (Varela, 2016). Por lo tanto, los conceptos y metodologías de la Geografía son cuestionadas y se requiere una relectura desde el enfoque de género interseccional para visibilizar las problemáticas invisibilizadas.
Lo anterior se debe a que los cuerpo-mente, cargados de subjetividad individual, están situados en el espacio, al mismo tiempo que lo conforman. Es a través de las relaciones de poder que se jerarquizan los espacios y los sujetos y se producen las desigualdades socioespaciales (Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo, 2017, p.17). Cabe aclarar que, si bien estas subjetividades son experimentadas de forma individual, no se construyen de manera aislada. Las imágenes mentales individuales se producen en el marco del proceso de socialización de las personas y se resignifican en diálogo constante con los imaginarios colectivos. Por lo tanto, las experiencias, a pesar de que se narran desde las vivencias personales, están conectadas directamente con formas compartidas de comprender el mundo.
Como resultado, en el espacio urbano se dan múltiples experiencias donde se especializan diferentes prácticas que no son neutras (Hiernaux, 2012), por lo que los sentimientos que se producen sobre los diferentes sectores del espacio urbano tampoco lo son. En términos de Tuan (1974, 1977), cada persona genera diferentes lazos con los lugares de la ciudad, sean parte de sus recorridos cotidianos o no. El autor plantea dos términos principales que permiten catalogar lugares en la imagen mental de la ciudad: topofilia y topofobia, que se pueden asociar con sentimientos positivos y negativos respectivamente.
En la actividad que aquí se presenta, es de interés identificar las emociones que se producen en el espacio público, que se conforma por los sectores de la ciudad sin restricciones de circulación como calle, parques, paseos, etc. (Mauri, 2023). Las personas, como cuerpo-mente situadas, catalogan los diferentes lugares y trayectos del espacio urbano a partir de las experiencias personales y así determinan prácticas socio-espaciales simétricas/asimétricas según las características de cada persona.
El espacio público puede entenderse también desde la Expresión Corporal como medio, aquel que se encuentra entre el lugar de partida y de llegada. El recorrido por el medio genera incertidumbre, tensiones y simbolismos entre lo que se conoce y lo que se desconoce, lo que se puede controlar y lo que no se puede controlar de ese entorno (Capriotti, 2021).
Las vivencias en el espacio urbano muchas veces pueden ser compartidas por un grupo social. Entonces, a través de las actividades artísticas se puede focalizar en las capacidades sensoriales para recuperar las percepciones sobre el entorno. Es por ello que la Expresión Corporal se presenta como una puerta de entrada para relacionar la mente (donde están las imágenes sobre el espacio), el cuerpo (que transita sobre el espacio) y el espacio público (que es el medio). Lo anterior se debe a que dicha actividad se entiende como un sistema estructurado que articula símbolos que se comparten en un determinado grupo social, interpretándose como un lenguaje que permite la coordinación, el entendimiento y regula la conducta social (Kalmer, 2005).
De esta manera, a través de diferentes consignas es posible conectar con los diferentes ámbitos espaciales que se encuentran interconectados entre sí, para identificar las marcas de la memoria, del cuerpo y del lugar. En esta línea, según Stokoe (1990), es posible reconocer el espacio personal (dentro de la piel), el espacio parcial (que rodea a la persona), el espacio total (de los recorridos), el espacio social (de la conciencia vincular), el espacio físico (de la materialidad), el espacio escénico (de intercambio de roles).
En síntesis, la articulación entre Geografía Humana, precisamente Geografía de Género con perspectiva interseccional y Expresión Corporal abre nuevas miradas para comprender las problemáticas desde las subjetividades de quienes producen y reproducen el espacio urbano, a través de la introspección sobre las emociones que emergen en relación a la imagen mental individual, que puede socializarse y espacializarse.
Metodología
Hace algunos años que desde la Secretaría General de Cultura y Extensión (SGCyE) de la Universidad Nacional del Sur (UNS) se llevan adelante diferentes actividades en el marco del “Mes de la Mujer”, en alusión al 8 de marzo que es el Día Internacional de la Mujer. En el año 2024, entre tantas otras experiencias que se presentaron, integrantes del del Departamento de Geografía y Turismo propusieron realizar un taller de mapeo para reconocer las emociones en el espacio urbano, específicamente aquellos lugares con rasgos topofóbicos y topofílicos. Si bien la práctica de taller de mapeo se realizó en otras oportunidades previas2, el desafío de la propuesta de este año fue articular, por primera vez, con Expresión Corporal, a partir de la iniciativa de una integrante de Pulsiones Danza, programa de Cultura y Extensión Universitaria.
Como resultado del diálogo, se ideó una metodología que permitió articular Geografía con Expresión Corporal en torno a la elaboración de cartografía alternativa. Esta herramienta con las gafas de género interseccional, permite repensar las imágenes mentales ya que permite visibilizar problemáticas naturalizadas y reflexionar sobre las percepciones que se tienen de los diferentes sectores de la ciudad. El taller, que se tituló Mapear nuestros cuerpos situados en el espacio público, se estructuró en cinco etapas con un objetivo cada una para promover la reflexión individual-grupal-colectiva al mismo tiempo que se crea conciencia en la mente sobre las experiencias corporales para poder especializarlas en el mapa, como se detalla en el Cuadro I.
Cuadro I. Etapas del taller Mapear nuestros cuerpos situados en el espacio público
Fuente: elaboración propia, 2024.
En el apartado siguiente, se presentan los principales resultados que se obtuvieron en el taller a partir de la observación participante por parte de las coordinadoras, los cuales se sistematizaron para poder establecer relaciones entre la teoría y la práctica.
Resultados y discusión
La invitación al taller mapear nuestros cuerpos situados en el espacio público se difundió por las redes oficiales de la SGCyE de la UNS los días previos a su realización, que fue el 14/03/24. El área de estudio propuesto para trabajar la relación mente-cuerpo-espacio en la actividad de extensión por el “Mes de la Mujer” fue la ciudad de Bahía Blanca, cuya localización se presenta en la Figura 1. Se trata del espacio urbano donde las personas que asistieron al taller producen y reproducen su vida cotidiana, cada quien con sus similitudes y diferencias, privilegios y opresiones.
Figura 1. Localización del Municipio de Bahía Blanca y sus localidades
Fuente: elaborado por Mauri, A. en 2024.
En relación al perfil de las 27 personas asistentes, con edades entre 17 y 50 años, dos se identificaron con el género masculino y las restantes con el género femenino. Se contó con docentes de nivel secundario y universitario, además de estudiantes provenientes de diferentes barrios de la ciudad de Bahía Blanca. Cabe aclarar que, en algunos casos, las y los asistentes son oriundos de otras localidades, dentro y fuera del Municipio, pero que se asientan en la ciudad por motivos de estudio o trabajo.
El tránsito cotidiano de esas personas carga de sentidos el espacio urbano, asignándole un significado a los lugares y trayectos. De esta manera, se catalogan los espacios en el mapa mental individual y, en algunos casos, esas clasificaciones individuales pueden coincidir con otras personas. De aquí la relevancia en pensar la relación mente-cuerpo-espacio personal para luego socializarlo.
La Expresión Corporal facilitó un proceso de sensibilización que permitió a las participantes3 registrar respuestas fisiológicas y motoras, como ritmos respiratorios, latidos, temblores, variaciones en el tono muscular, amplitudes de movimiento y modalidades de desplazamiento. Esta práctica sirvió como un canal para conectar la experiencia emocional con la corporalidad, especialmente en el contexto de la cartografía alternativa y el mapeo cuerpo-territorio. De este modo, las participantes pudieron transmitir información del mundo personal sin la mediación de lo verbal, lo que permitió que sus experiencias se expresaran directamente a través del cuerpo, antes de ser verbalizadas en los cuestionarios individuales.
A continuación, el cuestionario individual permitió materializar esta memoria de la ciudad, identificando tanto los privilegios como las opresiones vividas en su tránsito cotidiano; a través de sensaciones agradables o desagradables, las participantes pudieron reconocer lugares y trayectos topofílicos y topofóbicos en la ciudad. Para promover una mirada interseccional, se les solicitó reflexionar sobre factores como edad, género, discapacidad, ocupación, localidad de origen, barrio de residencia y experiencias previas de peligro, si las hubiere. Esta reflexión permitió integrar dimensiones subjetivas y estructurales en la comprensión de los espacios vividos, contribuyendo a una visión más compleja de las experiencias en la ciudad.
Las participantes valoraron profundamente este espacio, ya que les permitió reconectar con su cuerpo en un entorno donde las dinámicas sociales actuales suelen estar marcadas por el apuro y la falta de pausas. En este sentido, se identificó un estado prelingüístico, caracterizado por latidos, respiraciones y escucha (Capriotti, 2021, p. 33), el cual puede ser expresado y materializado a través de la interacción entre lenguajes corporal, verbal y cartográfico. Posteriormente, esta experiencia se trasladó a la elaboración de la cartografía alternativa grupal, como se observa en la Figura 2 (A), donde las vivencias fueron espacializadas a través de la identificación de lugares topofóbicos y topofílicos, lo que permitió visibilizar diferentes problemáticas naturalizadas.
En el diálogo grupal, surgieron espacios comunes que se perciben negativamente, como aquellos que se asocian al temor de experimentar situaciones de riesgo, al "miedo a que me pase algo" (mujer encuestada, 2024). En este contexto, los miedos se manifiestan de manera distinta en función del género y se basan en experiencias previas, tanto propias como ajenas. Ello queda en evidencia al revisar los cuestionarios individuales: de las 25 mujeres que asistieron al taller, 20 reportaron haber sufrido algún tipo de acoso sexual callejero en algún momento de su vida (acoso verbal, arrinconamientos, persecuciones y exhibicionismo, entre otros). Estas vivencias, producen marcas mente-cuerpo que se trasladan al espacio, producen modificaciones en las formas en que las personas se mueven por el espacio urbano.
En contraste, los espacios percibidos como agradables o topofílicos, no muestran diferencias significativas desde una perspectiva interseccional. Los lugares identificados como agradables están asociados con espacios donde las personas sienten que sus cuerpos están libres, tranquilos y protegidos, tales como trayectos cercanos a las viviendas de familiares o sitios de encuentro con amistades.
En relación con estos espacios, también se observó que ciertos lugares presentan características dicotómicas según el momento del día. Esto es especialmente evidente en los espacios verdes, que durante el día se perciben como lugares de encuentro, ocio y recreación, pero durante la noche se convierten en espacios asociados al miedo. Este fenómeno generó la reflexión sobre la existencia de espacios-tiempos del miedo, en los cuales la experiencia del lugar varía dependiendo de las condiciones temporales y sociales del entorno (además del momento del día, la presencia de otras personas amenazadoras).
Durante la puesta en común de los lugares topofóbicos y topofílicos de la localidad, emergieron diversos debates reflexivos dando lugar al silencio, la escucha y la construcción colectiva, los cuales se sintetizaron en palabras y frases especializadas que se asociaron a fragmentos corporales específicos a través del mapeo cuerpo-territorio, que se presenta en la Figura 2 (B). En este proceso, se observaron referencias como despejar la cabeza y miedo en relación con la cabeza, sugiriendo una vinculación con la actividad mental y la carga cognitiva. Asimismo, el mapeo permitió identificar respuestas fisiológicas y emocionales, evidenciando cómo los cuerpos registran las experiencias espaciales y las sensaciones asociadas al entorno.
Figura 2. Construcción de cartografías alternativas durante el taller
Fuente: Mauri, A. en 2024.
Particularmente, en la zona torácica o del pecho, surgieron términos como inseguridad, juntes y todo cambia con el sol, vinculados con sensaciones físicas tales como el aumento del ritmo cardíaco, temblores y dificultad para respirar, los cuales pueden interpretarse como respuestas del sistema parasimpático ante situaciones percibidas como peligrosas. Estas reacciones se contrastaron con frases tranquilizadoras que aludían tanto a la seguridad proporcionada por el caminar en grupo, como a la influencia de factores ambientales, como la luz solar, que contrarrestan la percepción de miedo asociada a la oscuridad. Asimismo, las manos y las piernas adquirieron figurabilidad en el mapeo, siendo representadas por frases como de a dos es más fácil e inclusión en las manos; apoyo, compañía y preparada para correr en las piernas, lo que subraya la relación entre las vivencias de las participantes en su tránsito por el espacio público y las dinámicas interseccionales que influyen en la experiencia de seguridad y vulnerabilidad en el espacio urbano.
El taller fue el resultado del diálogo entre los marcos teóricos-conceptuales de la disciplina geográfica con las expresión corporal. Este vínculo dio como resultado una experiencia de extensión donde las emociones del cuerpo-mente se pueden representar gráficamente a través de la cartografía y así, desnaturalizar y visibilizar vivencias.
Reflexiones finales
El taller Mapear nuestros cuerpos situados en el espacio público podría representar un aporte significativo al campo de la extensión universitaria de la UNS, al articular por primera vez las perspectivas de la Geografía Humana y la Expresión Corporal desde un enfoque de género interseccional. A partir del vínculo que se estableció se puede explorar cómo las vivencias en el espacio urbano derivan en emociones que influyen en la movilidad urbana. Estas experiencias pueden ser materializadas mediante la cartografía alternativa, donde el foco se pone principalmente en la reflexión tanto individual como grupal.
La metodología que se utilizó permitió a las participantes conectar con sus subjetividades y en los intercambios que se realizaron se destacó la importancia de abordar las desigualdades socioespaciales que muchas veces son naturalizadas. Como resultado, además de reconocer lugares y trayectos en el plano, se promovió una lectura compleja y singular de la subjetividad, en base a las vivencias corporales, que reveló las huellas grabadas en cada zona del cuerpo (Matoso, 1992), mismas que pueden verbalizarse y espacializarse.
Los resultados de los cuestionarios y los espacios que se localizaron podrían delinear futuras investigaciones, para lo cual será necesario fortalecer el marco teórico conceptual y llevar adelante más experiencias de extensión para aumentar el número de participantes. Por lo tanto, se trata de una propuesta de extensión a replicar.
Referencias
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Matoso, E. (1992). El cuerpo, territorio escénico. Letra Viva.
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Zapata Salcedo, J. L. (2013). El giro cultural en la geografía contemporánea: posibilidades investigativas y pedagógicas. En Asociación Colombiana de Geógrafos (Ed.), La educación geográfica ante los retos del siglo XXI (pp. 271–281).
1 Se trata de un profundo cambio teórico-metodológico que se dio en la ciencia desde mediados del siglo XX, donde se incorpora con mayor fuerza la perspectiva subjetiva en los estudios.Desde la perspectiva del concepto Nueva Geografía Cultural, el autor Fernández Christlieb (2006: 228), sostiene que “la Nueva Geografía Cultural significó un replanteamiento que tomó en cuenta no sólo las expresiones materiales de la cultura sobre un área dada sino también el simbolismo que para los habitantes tenían algunos de los rasgos del paisaje…los especialistas en geografía cultural…también se dedicaron a comprender el significado de lo representado por los individuos y el modo en que percibían y comprendían su ambiente”. De acuerdo a lo que expone Zapata Salcedo (2013) el giro cultural en la geografía surge como parte de una transformación más amplia en las ciencias sociales, influido por la Escuela de Birmingham y los Estudios Culturales. Entre los principales autores y sus aportes destacados se puede citar a Peter Jackson (1989, 1999) quien define a esta nueva geografía como social además de espacial; Denis Cosgrove y Stephen Daniels (1987, 1988), proponen una interpretación cultural del paisaje desde la iconografía; James Duncan y David Ley (1993),en Place/Culture/Representation aportan perspectivas interpretativas sobre la relación entre lugar, cultura y representación. Y en el caso de América Latina el abordaje del giro cultural es más reciente y con una fuerte influencia de los estudios culturales locales con énfasis en lo cotidiano y urbano destacándose Alicia Lindón y Daniel Hiernaux (2006, 2008).
2 Desde 2021, Antonella Mauri y María Belén Nieto desarrollan una línea de trabajo en torno al taller de mapeo con perspectiva de género, surgida a partir de la tesis de grado de Mauri (2020-2023). La propuesta fue implementada en encuentros con la comunidad, en escuelas secundarias, espacios universitarios. En todos los casos, los talleres se difundieron en los medios oficiales de la UNS. Muchas de ellas, fueron sistematizadas para presentar en diversas instancias académicas, entre ellas: las XXV Jornadas de Investigación de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de La Pampa (2021), el XVIII Encuentro de Geografías de América Latina (EGAL) en la Universidad Nacional de Córdoba (2021), las IV Jornadas de la Red de Docentes e Investigadores en la Enseñanza de la Geografía de Universidades Públicas Argentinas (ReDIEG) en la Universidad Nacional del Litoral (2022), las V Jornadas de Socialización de Experiencias de las Escuelas Medias de la Universidad Nacional del Sur (2024), y el Segundo Workshop “La enseñanza de la historia, la geografía y las ciencias sociales” en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de La Pampa (2024). Parte del material se encuentra disponible en la web.
3 Se opta por el uso del femenino genérico en referencia a las participantes del taller, ya que la mayoría de las personas que formaron parte de la experiencia se identificaron con el género femenino.