Experiencia pedagógica de la Corporación “Cultura Nómade” como proceso de Extensión Universitaria entre 1998-2018

 

Experiência Pedagógica da Corporação “Cultura Nómade” como processo de Extensão Universitária entre 1998-2018

 

Pedagogical Experience of the Corporation “Cultura Nómade” as a Process of University Extension between 1998-2018

 


Angie Catalina Pineda Ariza

Universidad Benito Juárez G. (UBJ)

pineda.catalina@outlook.com

https://orcid.org/0000-0003-3830-8855 

 

Sección: Extensión en movimiento

Recepción: 02/11/2023                  Aceptación final: 19/02/2024

 

Para citación de este artículo: Pineda Ariza, A. C. (2024) Experiencia pedagógica de la Corporación “Cultura Nómade” como proceso de Extensión Universitaria entre 1998-2018. Revista Masquedós, 9(11), 1-19. https://doi.org/10.58313/masquedos.2024.v9.n11.281.

 

 

Resumen

Esta investigación se encaminó a la reivindicación de la extensión universitaria. El proceso de construcción textual pretende reconstruir la historia de las vivencias pedagógicas de la Corporación “Cultura Nómade”, una organización sin ánimo de lucro establecida con el objetivo de potenciar la cotidianidad (tradiciones, hábitos, lugares) de habitantes y/o comerciantes ubicados en Tunja – Boyacá; es así como este artículo es construido a partir del proceso de actividades en extensión donde la investigación teórico-conceptual de documentos vivos de la Corporación facilitaron el tejido de sentidos y significados permitiendo así nuevos caminos. El enfoque cualitativo asume los desafíos de reconstruir una memoria colectiva a partir de fragmentos narrados por los sujetos que intervienen en la experiencia; el texto narrativo permite detenerse en derivas, devenires, sentidos y múltiples interpretaciones presentes en las tensiones de poder inherentes a los procesos pedagógicos, organizativos y conceptuales. Pues, finalmente, la experiencia de la Corporación “Cultura Nómade” es pedagógica en la medida que se forjó como una organización emergente donde el factor de la diversidad es un referente político y filosófico diferente, que le permite a los sujetos participantes aprender de una manera alternativa y emancipatoria, es decir, más allá de los muros institucionales donde los saberes locales y populares de los territorios son importantes ya que son concebidos no desde el ser, sino desde el devenir, identificando algunas resignificaciones a partir de la memoria colectiva durante estos veinte (20) años de trabajo, percibiendo algunas huellas e improntas dejadas en los/las mismas logrando evidenciar hallazgos de tal extensión universitaria.

 

Palabras clave: experiencia; devenir; extensión universitaria; memoria colectiva.

 

Resumo

Esta pesquisa teve como objetivo a reivindicação da Extensão Universitária. O processo de construção textual visa reconstruir a história das experiências pedagógicas da Corporação "Cultura Nômade", uma organização sem fins lucrativos estabelecida com o objetivo de potencializar a vida cotidiana (tradições, hábitos, lugares) dos habitantes e/ou comerciantes localizados em Tunja - Boyacá; é assim que este artigo é construído a partir do processo de atividades de extensão, onde a pesquisa teórico-conceitual de documentos vivos da Corporação facilitou o entrelaçamento de sentidos e significados, permitindo assim novos caminhos. A abordagem qualitativa assume os desafios de reconstruir uma memória coletiva a partir de fragmentos narrados pelos sujeitos que intervêm na experiência; o texto narrativo permite deter-se em derivações, devires, sentidos e múltiplas interpretações presentes nas tensões de poder inerentes aos processos pedagógicos, organizativos, conceituais. Finalmente, a experiência da Corporação "Cultura Nômade" é pedagógica na medida em que foi forjada como uma organização emergente onde o fator da diversidade é uma referência política e filosófica diferente que permite aos sujeitos participantes aprenderem de forma alternativa e emancipatória, ou seja, além dos muros institucionais onde os saberes locais e populares dos territórios são importantes, pois são concebidos não a partir do ser, mas do devir, identificando algumas ressignificações a partir da memória coletiva durante esses vinte (20) anos de trabalho, percebendo algumas marcas e impressões deixadas neles, conseguindo evidenciar descobertas de tal Extensão Universitária.

 

Palavras-chave: experiência; devir; extensão universitária; memória coletiva.

 

Abstract

The purpose of this work is to claim the value University Extension has, and it aims to reconstruct the history of the pedagogical experiences of the Corporation "Cultura Nómade", a non-profit organization established with the objective of enhancing everyday life (traditions, habits, places) of the inhabitants and/or traders located in Tunja – Boyacá. This article describes the process of the activities of extension, where the theoretical-conceptual research of living documents of the Corporation facilitated the weaving of senses and meanings thus opening new paths. Following a qualitative approach suggests a challenge on reconstructing a collective memory from fragments narrated by the subjects involved in the experience. In addition, the resulting narrative text focuses on evolutions, future developments, senses, and multiple interpretations present in the tensions of power inherent in the pedagogical, organizational, and conceptual processes observed. Finally, the experience of the Corporation "Cultura Nómade" is pedagogical to the extent that it was forged as an emergent organization, where the factor diversity is a different political and philosophical reference that gives the participants the opportunity to learn in an alternative and emancipatory manner, that is to say, beyond the institutional walls, where the local and popular knowledge of the territories is important as it is conceived not in an static way, but as something that evolves identifying some resignifications from collective memory during these twenty years of work, which led to perceive some traces and imprints left in it providing evidence of such University Extension process.

 

Keywords: experience; becoming; university extension; collective memory.

 

 

Introducción

A lo largo del tiempo la Educación Superior ha sido considerada como la constructora de procesos formativos que trascienden en el tiempo, pero sus propósitos han ido cambiando debido al complejo mundo globalizado en el que vivimos y por eso el espacio universitario se ha constituido como un entorno de encuentros y desencuentros, en donde el conocimiento y la apropiación de éste se da a través de las relaciones sociales, siendo la cultura un componente importante en esa adaptación, ya sea de forma intencional o de carácter formativo se ha desarrollado al interior del campus universitario. En tal sentido, este tipo de procesos han logrado respaldar la idea de generar un puente entre las realidades sociales, culturales y la universidad posibilitando la apertura de un sentido de extensión el cual ha ido configurándose durante el devenir histórico de la cultura nómade.

La experiencia pedagógica de la Corporación “Cultura Nómade” abre varias líneas investigativas y, a su vez, asegura la evolución del fenómeno de extensión desde una perspectiva subjetiva, aunque con bases educativas y, por ende, el objetivo principal es identificar aquellos devenires y resignificaciones que han movilizado tal experiencia pedagógica como un proceso de extensión universitaria en un período comprendido entre 1998-2018. En consecuencia, el ejercicio investigativo se basó en: (1) reconstruir la historia de la experiencia pedagógica de la Corporación “Cultura Nómade”; (2) describir las concepciones y aportes que a nivel pedagógico y organizativo han dado sentido a la experiencia pedagógica de la Corporación “Cultura Nómade”, teniendo en cuenta evidencias, formas, campos y proceso de extensión y (3) un reconocimiento de esos sucesos pedagógicos de la Corporación “Cultura Nómade”. De ahí que la universidad ha sido concebida como “...comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (Universidad Central de Venezuela, Ley de Universidades, artículo 1, 1970), es decir que durante esa búsqueda científica la función de la educación ha sido direccionar el conocimiento, los saberes y prácticas entendiendo a la cultura, la democracia, la justicia social y de solidaridad humana como un puente de afianzamiento que facilite la construcción de un diálogo y cultura universitaria con la sociedad.

Se adopta una metodología cualitativa con algunos aspectos epistemológicos debido a que el objetivo general de la investigación es comprender la realidad de las experiencias desde el sentido de los sujetos. De acuerdo a lo anterior, hay algunas características que según Ruiz (2012) se deben tener en cuenta en este tipo de investigación como: (1) reconstruir o comprender el sentido que los sujetos de la investigación asignan a sus acciones en su contexto natural, más que describir los hechos sociales. La realidad es dinámica, global y múltiple construida en un proceso de interacción con la misma; (2) la forma de recoger información no es estructurada sino flexible; (3) la orientación no se toma de forma particular o general generalizadora, por el contrario, es holística y concreta de modo que pretende captar el contenido de experiencias y significados y, en tal sentido, se adopta una dimensión hermenéutica, atendiendo a la comprensión de lo humano a partir de un paradigma de historicidad como un rasgo de valor antropológico situado, particular, histórico, “terrenal”, es así como aparece una reflexión epistemológica referente al sujeto conocido (Vasilachis, 2007) donde esté no desaparece, sino que se relaciona con la epistemología del sujeto cognoscente donde ninguno se tergiverse en su formas de conocer y traducir los códigos o significados. Dentro de este horizonte epistemológico, la estrategia de indagación seleccionada ha sido el método narrativo ya que es el camino para indagar e interpretar la dimensión emotiva de la experiencia, las relaciones y la complejidad de cada acción.

Entonces, por medio de una descripción de diseño, unidad de análisis poblacional y el contexto, se busca acceder a una lectura de la realidad de una manera dinámica que propicie cambios y abra posibilidades a nuevas investigaciones. De igual forma, la investigación por medio de la narrativa busca la reconstrucción de la experiencia pedagógica de la Corporación “Cultura Nómade” así como describir las concepciones y aportes que a nivel pedagógico y organizativo han dado sentido y, a su vez, los hallazgos en las significaciones de los relatos. Se concluye que la identidad de la Corporación “Cultura Nómade" tiene su propia forma de comprender conceptos como la comunidad, institucionalidad, otredad, territorialidad, pensamiento, etc. Igualmente reconocen que cada lugar mantiene su propia configuración de sentido, relaciones y procesos, y que estos con el tiempo pueden ir cambiando y transformándose, aludiendo a procesos de resistencia impidiendo que el interés de la institucionalidad por apropiarse de todo se minimice.

Dentro de las elaboraciones conceptuales construidas, la Corporación “Cultura Nómade” considera los procesos de extensión y trabajo con la comunidad como rutas unidas fuertemente a la docencia y a la investigación, en ese orden. La investigación presente logró realizar entrevistas a Vicente Antonio Cortes Amado en Bogotá; Julián Camilo Carreño Cuervo en Siachoque Boyacá; Martha Judith Medina Bejarano en Tunja – Boyacá; Camila Inírida Rojas Medina y Yuri Roció Aponte Rodríguez de la vereda de Barón Gallero en Boyacá. Allí las actividades de extensión exigen forjar relaciones con el territorio, la cultura, la comunidad, las maneras de ser, haciendo que las intervenciones no sean sólo para el otro o los otros, sino que los procesos extensionistas demandan transformaciones de los sujetos en relaciones de encuentro y desencuentro que ocurren en cada uno de los/las que interviene en el proceso, incluyendo al sujeto investigador porque este proceso dinamiza la realidad local, barrial y académica al crear una nueva filosofía pedagógica que de forma obligada debe pasar por el ser, tocando la esencia misma de la humanidad de cada persona que se arriesga a ir más allá de la estructura del aprendizaje convencional; razón obligatoria para tomar nuevos rumbos y decisiones en la búsqueda incansable de transformar la realidad.

 

 

Estado del conocimiento

La búsqueda de consensos sobre la comprensión del devenir de la Cultura Nómade como una reconfiguración decisiva en las formas en que educan, comunican, investigan, producen y se organizan, permite observar ciertos procesos de extensión o de intervención de la academia con las comunidades desde algunas concepciones, las cuales han atravesado los diferentes tipos de intervención. Por mencionar algunos, el adoctrinamiento político y/o religioso, que se sustentan en concepciones salvadoras que fortalecen procesos de dependencia y paternalismo, que se podrían denominar procesos colonizadores de pensamiento de los sujetos, que los torna dóciles, dependientes, sumisos. En otras palabras, esta investigación hace una aproximación a las prácticas o relaciones que se dan entre cultura, educación y sociedad a partir de un proceso investigativo centrado en desarrollar una revisión de la temática.

 

Estudios de extensión universitaria en América Latina

El campo de estudio de la extensión universitaria ha atravesado por diferentes etapas en correspondencia con el devenir político, económico, cultural y, en particular, con el desarrollo evolutivo de la Educación Superior en cada país de América Latina. Por ende, esta reforma dio lugar a cuestionamientos en relación a una sociedad que enfrentaba cambios en su composición interna y una universidad atascada en esquemas obsoletos (Tünnermann, 1998). De ahí surge la necesidad de vincular la universidad al contexto social, cultural y económico, a través de procesos extensionistas. Adicionalmente, este vínculo entre extensión universitaria, difusión cultural y su relación con las políticas de desarrollo cultural en las instituciones de educación superior de América Latina del siglo XX tienden a ser polisémicas y heterogéneas (Tünnermann, 2000).

Asumiendo que lo esencial, en todo caso, radica en pensar nuevos espacios y momentos fuera del aula y de los escenarios curriculares tradicionales, para así fortalecer la formación integral desde una perspectiva investigativa que implica, entre otros aspectos, aprender haciendo, atar los contenidos académicos a significaciones culturales, éticas y estéticas, así como fortalecer la capacidad humana de la comunicación. Asimismo, otro factor que afecta sustancialmente el reconocimiento y resignificación es que en el campo de la extensión universitaria existen experiencias o iniciativas de apoyo que no han sido conocidas, documentadas, ni valoradas; estos saberes rara vez han sido analizados, formalizados, registrados y compartidos sistemáticamente con el fin de trascender el nivel práctico y de esta manera enriquecerlo con análisis teórico y/o reflexivo. Además, acentúan en que contar la historia de la extensión es de alguna manera narrar la historia de las universidades desde la perspectiva de la articulación del pensamiento generado en la academia con la realidad de consolidación de las naciones latinoamericanas que las sustentan (Gómez de Mantilla & Figueroa, 2011).

Entender el proceso de extensión universitaria desde la perspectiva de Gómez de Mantilla & Figueroa (2011) tiene que ver con la forma de integración entre el quehacer de la sociedad actual y su aporte al desarrollo de conformación vital de las funciones de la misión de cualquier institución educativa de carácter superior en el mundo. En dicho proceso, la función es reconsiderar el papel de la extensión puesto que la preservación y desarrollo de la cultura es una necesidad de la sociedad. Igualmente, la extensión universitaria surge del rol de la universidad con la sociedad considerando sus rasgos históricos y el proceso social que le dio origen. En tal sentido este proceso históricamente se ha relacionado con la pertinencia social, la integración y la acción social, las cuales se imponen en el presente con una reconceptualización de las relaciones de la universidad con la sociedad y como se da el desarrollo organizacional de la extensión universitaria, para el fomento de la cultura entre la comunidad universitaria y la sociedad (Carrillo y Mosqueda, 2006).

Como efecto de los cambios que fueron surgiendo en los procesos de enseñanza y aprendizaje de las carreras que impartían las universidades más allá del aula para involucrarse en el estudio de los problemas sociales y en la búsqueda de soluciones, la extensión universitaria tuvo la función social y pedagógica de redefinir la misión y los objetivos de la educación superior y, en tal proceso, se han venido redimensionando las relaciones apareciendo unos pilares fundamentales: libertad y democracia (Fresán, 2004). Sin embargo, a inicios de los ‘70 las universidades comenzaron a presentar los más serios problemas de matrícula y de presupuesto: esta época se caracterizó por un despliegue de políticas neoliberales que penetraron las universidades, por ende, la extensión universitaria pasó a ser considerada como una de las fuentes de ingresos propios de las instituciones educativas de carácter superior a través del dictado de cursos y apertura de especializaciones, lo que hizo que la extensión universitaria se aislara de su verdadera naturaleza.

 

Estudios de extensión universitaria en Colombia

El Estado determina que la extensión universitaria en Colombia tiene que ver con las funciones de docencia e investigación. En el Decreto 80 - artículo 160- se dice que poseen una misión social respecto a “Son actividades de extensión científica y cultural aquellas destinadas a la difusión de los conocimientos y a la elevación espiritual de la sociedad. Son actividades de servicio aquellas que primordialmente buscan satisfacer necesidades específicas e inmediatas de la sociedad” (Ministerio de Educación Nacional, 2019). En este contexto, se habló de las designaciones “proyección” y “extensión” que pueden ser iguales, pero en relación con la interacción en una dirección, es decir, desde la institución al entorno, pero al mismo tiempo permite que la institución aprenda y se transforme, esto vendría siendo como “Relaciones con el Entorno” siendo la definición más acertada para explicar tales funciones.

En consecuencia, la Asociación Colombiana de Universidades en el año 2018 a través de la Red Nacional de Extensión Universitaria pone a consideración de la comunidad universitaria la política de extensión como herramienta de orientación y documento de trabajo para sus universidades afiliadas, pues el propósito fundamental es el desarrollo de procesos de interacción e integración con los agentes sociales y las demás funciones misionales. Aunado a lo anterior, le confiere a la función de la extensión ciertas características esenciales, por ejemplo, la extensión se desenvuelve dentro de tres campos interdependientes: el institucional, el académico y el social (Ministerio de Educación Nacional, Ley 30 de 1992, 2019). Finalmente, la extensión permite establecer un diálogo de saberes permanente, respetuoso, riguroso y crítico entre los saberes especializados de la academia y la sociedad mientras que, a la vez, genera condiciones para la transformación de las propias instituciones universitarias de educación superior, dado que facilita un continuo enriquecimiento de la comunidad académica.

Para Freire (1973) el término de extensión desde la semántica proviene a partir de un sentido de base y un sentido contextual donde este segundo es el que se ha resaltado, al conceder a la extensión un carácter de expandir saberes, prácticas o producciones culturales a quien lo necesite. No obstante, Freire enuncia que esta se encuentra amenazada al no corresponderse con un quehacer educativo. Esto no es otra cosa que educar y educarse en la práctica de la libertad, lo cual no es extender algo desde la sede del saber hasta el lugar de los que no saben, o necesitan ese “algo”, sino que se trata de una comunicación dialógica y de un proceso de concientización. Por lo tanto, la extensión como comunicación humana es un camino de doble vía para la interacción entre la universidad y la sociedad, y el desarrollo de una conciencia solidaria, siendo una forma de entendimiento de la acción comunicativa que simboliza un diálogo que posibilita la comprensión de la extensión universitaria como un proceso recíproco de interacción social de los/las universitarios/as con el mundo al cual pertenecen y con lo que les falta por explorar, donde no existen sujetos activos ni pasivos, sino una acción comunicativa que provoca la participación, teniendo en cuenta que los/las estudiantes son actores y actrices de la institución educativa, la cual es una organización que hace parte del tejido social y cultural que le aporta a la construcción del conocimiento popular y social a partir de las necesidades y demandas de la sociedad.

 

Estudios en torno a la experiencia pedagógica

Al investigar este camino habría que nombrar a la autora Martínez (2008) y su trabajo sobre "redes pedagógicas y constitución del maestro como sujeto político", donde la subjetividad política de los maestros suscita en y desde el desarrollo de experiencias pedagógicas producidas por grupos de maestros que deciden emprender acciones alternativas a las vivenciadas en la cotidianidad escolar. Además, resalta que las experiencias pedagógicas gestadas y desarrolladas por colectivos de maestros se convierten en terreno fértil para múltiples miradas e interpretaciones. Cuando se habla de experiencia pedagógica es importante concebirla como aquella perspectiva que depende del ángulo desde donde se aborde y el lugar donde se observe, ya que desde las interacciones que mantienen los sujetos se despiertan emociones, autorreflexiones o afectaciones. Cabe destacar que la experiencia pedagógica pertenece al orden del acontecimiento y no del acontecer, en otras palabras, la forma en que se conciba o suceda el acontecimiento es lo que genera la experiencia porque hay un transcurrir de eventos que provocan dichas afectaciones en los sujetos, además, por las subjetivaciones que se suscita en quienes producen y reflexionan sobre las mismas. Es por eso que el acontecimiento está por fuera de cualquier ley y opera como impulso para salirse de lo cotidiano, transgrede la rutina y se arriesga a lo impensado, a lo establecido; es así como después del acontecimiento ya no se es el mismo/a (Martínez, 2012).

En resumen, la experiencia pedagógica implica creación, no sólo de una propuesta que se considera novedosa, sino de la práctica de la experiencia como maestra y tal construcción parte del sujeto inquieto, inseguro, que sospecha de su quehacer y se pregunta quién es, qué hace, para qué lo hace, por qué lo hace y cómo puede aportar a la formación de estudiantes. También guarda relación con que la experiencia es lenguaje; hecho que atraviesa procesos cíclicos: alimenta y retroalimenta en la construcción de saberes, pues, por un lado, la lectura constante de fuentes teóricas nutre las reflexiones y, por otro, la escritura desde las pasiones, así que no hay experiencia sin alteridad y el maestro/a se constituye desde sí hacia los otros. Por tanto, la experiencia pedagógica es portadora de un sentido que siempre es social, colectivo, ético y político, porque da cuenta de un modo de interpretar y transformar el mundo, desde el punto de vista de sus protagonistas, por eso la experiencia es la semilla constitutiva de acciones instituyentes la cual necesita germinar y diseminar las cuales suceden con mayor poder y amplitud cuando se trabaja con otros.

 

La relación entre extensión-experiencia-devenir-nómade, da cuenta de un nuevo significante entre experiencia y devenir frente a lo que es la extensión, donde la Corporación “Cultura Nómade” es una forma diferente que logra ubicar ciertos acontecimientos en cuanto a la formación y la transformación, por ende, lo Nómade piensa el sentido de la extensión desde otro lugar y no desde lo institucional o como una visión populista, solidaria y social. Por consiguiente, es necesario generar un ejercicio de reconstrucción de memoria, dado que no sólo pretende develar el itinerario histórico y práctico de la experiencia establecida, sino el sentido de esta experiencia que revela intrínsecamente saberes, concepciones y aportes a nivel pedagógico/organizativo y cuyo entramado lógico e histórico es quien da cuerpo, lugar y experiencia que en el sentido recíproco del conocimiento subyace en ellas. En concordancia, Martínez (2012) reitera que la articulación de la experiencia pedagógica con la realidad social implica hacer un estudio profundo, ya que al generar este acercamiento progresivo se logra ver la utilidad de la extensión universitaria, por qué la articulación social juega un papel preponderante, en parte por las formas de interpretación conceptual de esta función y la manera cómo se desarrolla a lo interno y externo de las universidades, lo que la aleja de su verdadera esencia. Por eso ubicar esta función en su justa dimensión, a lo interno de las universidades, representa uno de los pendientes en la agenda de cambio y transformación de la universidad, que lo ha constituido una motivación latente para esta investigación.

 

Devenir

Para Deleuze & Guattari (2004), el concepto de devenir se debe aplicar de forma diferente y dejar de nombrarse con las palabras habituales o conocidas que ya tienen ese significante casi fijado para hacer funcionar el pensamiento, pues el inconsciente se estructura como lenguaje y al mismo tiempo se da a través de imágenes y de conceptos. Como lo enuncia Deleuze (2004), hay que inventar palabras y conceptos para que los modos de pensar puedan en simultáneo abrirse a la posibilidad de desterritorializar. En ese sentido imponer un significante nuevo, implica aventurarse en otras formas de conceptualizar, y al intentar conceptualizar de otro modo, se entra en esta aventura que proponen los autores de pensar desde otro lugar, hacia otras figuras y subjetividades, y de eso se trata el juego verbal de devenires para romper y desafiar a un tipo de pensamiento estructurado, organizado, molar y mayoritario. Por lo tanto, los devenires son movimientos, composiciones y modificaciones, esto implica que hay velocidades en las cuales suceden dichas relaciones, donde se evidencian saltos o fisuras, afirmando que las cosas no están dadas, sino que dependen de la exposición a los contagios.

De ahí que el permitirse atravesar, cruzar, traspasar, surcar, trasponer otras instancias en las cuales se están presentando mutaciones, transformaciones y cambios respecto a la formación de las subjetividades, se hace necesaria para reconocer y ubicar elementos que posibiliten la apertura a la academia a nuevos espacios, nuevos discursos, nuevas disertaciones que necesitan actualizar y ampliar los caminos de la creación, permitiendo un devenir en la desterritorialización de las ideas, aquellas que llevan todo el deseo y la intensidad para permitir posibilidades, reflexión e investigación social.

Para finalizar se plantea que ahora sólo se tiene una realidad. Es decir, el devenir refiere a la apertura del acontecimiento, la aventura de aprender, de desaprender, en la construcción de cercanías, conexiones y vínculos que, en lo múltiple, realizan multiplicidades, así que el devenir es como una apertura necesaria para pensar sobre las singularidades del ser con las que se coincide, aunque las hayan realizado plenamente.

 

 

Perspectiva metodológica

La propuesta metodológica se basó en fundamentos epistemológicos que facilitaron realizar una descripción del diseño, de la unidad de análisis poblacional y el contexto, así como los dispositivos de recolección de información y el procedimiento seguido para la consecución de los objetivos, con el fin de obtener una lectura de la realidad de forma dinámica y vital para posibilitar cambios y dar paso a nuevas investigaciones y, sobre todo, a la comprensión y reflexión de nuevas experiencias. En consecuencia, el paradigma cualitativo ofrece herramientas de aproximación creativa y divergente frente a las acciones humanas y se podría dar una modificación en el rol participativo e intersubjetivo. El método narrativo ha sido el camino óptimo para indagar e interpretar la dimensión emotiva de la experiencia, las relaciones, y se sugiere agregar con la complejidad de cada acción; de igual forma, permitirse la reconstrucción de la experiencia pedagógica de la corporación “Cultura Nómade”, así como describir las concepciones y aportes que a nivel pedagógico y organizativo han dado sentido y, a su vez, dar significado a los relatos donde cada uno de estos tiene incidencia e implicación en las relaciones de lo que se quiere articular desde el análisis de lo individual y el aporte en lo colectivo.

En este punto, resulta importante traer el trabajo de Larrosa et al. (1995) desde la perspectiva de la ontología transaccional, en la que conocimiento y experiencia se reclaman mutuamente en una interdependencia generadora con tres características: la temporalidad, la continuidad y la relacionalidad. La primera tiene relación con el conocimiento donde la narrativa hace factible una comprensión de la experiencia humana en el tiempo como una vivencia inspirada en propósitos y que contrae consecuencias (Molano y Baquero, 2009). La segunda va muy de la mano con lo anterior porque las experiencias se van encadenando y se comunican unas con otras, donde éstas se tensionan y resignifican con base en lo que acontece. La tercera se da en el ámbito de la investigación narrativa donde pone en evidencia que las historias son el resultado de múltiples influencias sobre la vida de un ser humano, sobre su vida personal y su espacio íntimo, visto como una veta rica de conocimiento y comprensión de la realidad.

 

Técnicas

El instrumento usado para la narrativa fue la entrevista semiestructurada que posibilitó evocar la memoria en cada uno de los participantes, entretejiendo la experiencia entre el recuerdo y la percepción de lo que fue un espacio común donde se transitó en distintos momentos y, probablemente, diferentes épocas. Esta evocación debe generar sensaciones algo “irreconocibles” cuando surjan y/o propicien una conexión y desconexión de la cotidianidad del mundo, a través de la articulación de los recuerdos por medio de la percepción visual (fotografías; debido a que, sin esta, no existirían recuerdos). El presente es una mezcla continua de millones de sentimientos experimentados en el pasado, así que al colisionar con el presente son movilizados generando una nueva óptica del entorno, dejando en la memoria signos que serán reutilizados a cada momento.

Es así como la narrativa es una herramienta que no sólo sirve para transmitir conocimiento, sino que lo resignifica y reconstruye permitiendo perfeccionar las prácticas profesionales de forma general, aportando al repositorio cultural entre generaciones siendo la suma de maneras de evocación de la memoria con base en las narraciones verbales, corporales y/o performativas. De hecho, el sujeto entrevistado hace visibles esas marcas y esos recuerdos que constituyen tales experiencias, en ese orden, el/la investigador/a, no es un/a simple recolector/a de datos, sino que hace un ejercicio semiótico implicando una resignificación. Para la realización del instrumento se hizo una revisión de documentos, como técnica de observación complementaría permitiendo disponer, recrear, cuestionar o confirmar una idea general del desarrollo y algunas características de los procesos de la Corporación “Cultura Nómade”, pues al abordar la memoria se evocan situaciones significativas que generan recuerdos lo cual se vuelve subjetivo y se reelabora permanentemente, en tanto que pretende indagar por el recuerdo y la experiencia de quien vivió una situación, ya sea de carácter personal o colectiva, de ahí que esos procesos son objeto de estudio y de reflexión.

 

Procedimiento

El desarrollo de la investigación se realizó en seis fases, descritas a continuación: (1) establecer los aspectos básicos que dan direccionamiento a la investigación donde se escoge el problema a investigar, los objetivos, la metodología y la revisión documental; (2) lograr contacto con los participantes para explicar en qué consistía la investigación; una vez que aceptaron su participación, firmaron el consentimiento informado elaborado de acuerdo a las normas éticas para la investigación; (3) se da inicio al diseño del instrumento el cual se relaciona con el marco de referencia, la pregunta de investigación, los objetivos y las categorías de análisis para obtener los resultados esperados; (4) comienza el trabajo de campo en el que se logra entrevistar a 5 participantes donde cada encuentro duró, en promedio, 2 horas y 35 minutos (tres mujeres y dos hombres) para luego transcribirlas; (5) se hace un análisis interpretativo a partir de la información dando lugar a la construcción de ciertos formatos que hicieran más fructífero tal proceso, permitiendo delimitar los indicadores aportados previamente y los suministrados por los participantes; y (6) la discusión de resultados donde se construye el documento narrativo final que dilucidó elementos contenidos en el marco teórico en contraste a lo hallado en la interpretación de las entrevistas. Es decir, se centra en la profundización del conocimiento sobre una experiencia particular. Este sesgo corresponde con el reto de observar la realidad desde los participantes mismos, desde sus expectativas, deseos, imaginarios y realizaciones concretas.

El análisis e interpretación se hace primero desde las entrevistas semiestructuradas las cuales sirvieron como fundamento para la escritura del texto narrativo. Las transcripciones de las 5 entrevistas de audio realizadas entre julio de 2019 y marzo de 2020 permitieron hacer una narración reconstructiva de dichas experiencias y a la vez evidenciar las historias de cada sujeto participante como una muestra de interacción social extensionista. Esto se logra a través de tres segmentos de catalogación: (a) Narradora: el sueño inscrito en la piel de una mujer; (b) Rastreando las huellas: de las tertulias de un andén a la consolidación de un proceso organizativo ; y (c) Sujetos en movimiento. Lo anterior tiene por fin crear una matriz de análisis que permita realizar una mejor lectura de las entrevistas semiestructuradas, las que son vistas como puentes entre el narrar y el vivir la narrativa (o entre la experiencia de vida pasada y la vida presente); es sinónimo de un todo y las partes de la vida que están siendo narradas.

 

 

Conversar con el pasado: fertilizar la memoria

Narradora: el sueño inscrito en la piel de una mujer

Al hablar del sujeto se entiende como aquel individuo con la oportunidad de involucrarse dentro de una narración, que tiene la capacidad de construir e interpretar devenires en relación a sucesos o lugares. De igual forma se convierte en un sujeto viviente, pensante, disiente en un rol activo y participativo dentro de un proceso investigativo que como tal se permite miradas dentro y fuera de la acción, porque en su momento se es parte convirtiéndose en un interminable constante ir y venir que permite en distintos momentos alinearse, acercarse, apropiarse y ser cómplice, amiga, colega, tejedora de sueños, estudiante, mujer y en este momento narradora de esta historia.

El ser narradora le permite dar un relato propio que ha estado inscrito en su vida como mujer entregando al lector fragmentos de existencia de la Corporación “Cultura Nómade”, tanto desde su percepción como de quienes hicieron y son parte de ella; en tal sentido, la voz y la escritura en su devenir dan resultado al sentido de vida, donde se escribe y habla en pro de una evolución del pensamiento que construyen la piel de una mujer. La voz de Martha Judith se transmite a través de la voz escrita de la investigadora, quien inicia el proceso narrativo desde la voz de la persona que logra darle vida y, cuando se refiere a vida, es al origen del pensamiento dentro de una mujer donde el sentir, el pensar y el hacer es un proceso de devenires, que se entrelazan entre sí que logran constituir y evidenciar la amalgama de elementos que pueden componer al sujeto.

Pero la voz, pensamiento y mujer son devenires que interactúan en un mismo encuentro permitiendo una composición de un devenir mujer, devenir territorio y devenir investigación (Deleuze & Guattari 2004). Entonces un devenir para este estudio está ligado a la construcción de uno mismo, en ir y volver en su propio ser, y así el devenir es multiplicidad de elementos asociados para poder componerse. Deleuze & Guattari (2004) mencionan que simplemente ésta es una de las posibilidades de devenir que pueden generarse en el movimiento hacia lo imperceptible y que presupone una relación entre lo finito y lo infinito donde el individuo se descubre en su carácter, verificando una imposibilidad del orden de lo finito en un movimiento hacia la trascendencia.

 

Devenir territorio-espacio-movimiento

Referirse a territorio/espacio/movimiento es un devenir relacionado a la mirada hacia un pensamiento múltiple donde el territorio es pensado como una construcción social, donde la subjetividad se habita y el deseo se vuelve su motor;  es decir, el territorio es un acto, una relación, un ritmo, un movimiento desiderativo, pues en él pueden abrirse diversas líneas de fuga para salir de un curso establecido, y es así cómo este devenir permite coparticipaciones de diferentes comunidades donde se hacen intercambios culturales que logran reconocer la otredad y el papel de la maestra en esa movilización de encuentros en el aula y fuera de ella, pues Martha Judith en su espacio- territorio- movimiento se diversifica en comunidades asumiendo compromisos con sus estudiantes, dando cuenta de una relación expedición-pedagogía entre subjetividades, fragmentos, instituciones, movilizaciones entre lectura y escritura de costumbres de los sujetos.

Por lo tanto, la construcción de este devenir territorio contiene ideas, pensamientos e imaginarios, que al final son mecanismos para comprender la realidad permitiendo reconocer a la academia dentro y fuera de la institucionalidad, en ese andar. Martha siente que el territorio le impone su deber como mujer dentro de la sociedad, lo cual la lleva a hallarse fragmentada y es esa búsqueda de yuxtaponer sus diversos papeles como madre, esposa, hija, maestra, mujer, compañera, amante, hermana, es lo que la impulsa a buscar nuevas posibilidades de ser (Ver imagen 2). Es así como desde muy temprana edad, Martha se identifica como un ser en constante movimiento debido a tener que transitar por distintos espacios de la ciudad de Bogotá debido a las condiciones económicas de su familia. Esto le permite apropiarse de diversos espacios como el parque, la biblioteca y lugares significativos de la ciudad que la hacen autodenominarse gitana con diferentes miradas de un mismo lugar.

Al ser permeada por este tipo de circunstancias, el viajar por “x” o “y” motivo le facilita compartir con diferentes personas, realidades, territorios, comunidades, culturas y costumbres, que la impulsan a desarrollar un profundo conocimiento sobre la forma de vida y la cultura que intercede a las personas que habitan dichos lugares, edificando una perspectiva propia del nomadismo. Entonces, y atendiendo a lo anterior, el devenir territorio-espacio-movimiento se reafirma en el devenir-mujer y viceversa en la correspondencia de todo un enunciado, entre lo colectivo y una multiplicidad de principios y desdoblamientos conceptivos, desde un devenir origen a un devenir imperceptible en el seno indecidible de todos los movimientos.

 

Devenir investigación-pregunta

Para atender a este devenir es necesario relacionar el ser maestra y el Nómade en inclinación hacia la investigación y el cuestionamiento, pues el relato de Martha es el referente para decir que la composición de este devenir se deriva de un conjunto de pensamientos, como una forma de sabiduría sustraída de diferentes contextos. Relato que es breve pero profundo en cuanto a la labor y ‘el rescate de una mujer’ que es maestra, en correlación mujer-maestra, ya que no se puede hablar de individualidad en este caso y menos aun cuando se fundamenta la historia de Nómade.

Para entender el enlace Mujer-Maestra-Nómade habría que citar a Pineda (2021), ya que tal concepto surge a partir de la entrevista realizada a Martha Medina en el 2020, donde este nodo alude a un ejercicio educativo y formativo externo al aula proveniente de las vivencias y no desde una teoría. Tales vivencias están en la piel y el ser nómade yace desde que es niña, así que reconocer lo nómade significa no estar seguro de nada, estar siempre indagando y en constante movilidad para aprender sin la necesidad de que le estén diciendo qué hacer, usted aprende bajo las experiencias.  

A partir de esta descripción, Martha se concibe en un mundo espiral que siempre está en movimiento y donde hay rutas de fuga que están distribuidas y construidas para servir como puentes que relacionan múltiples vías de conocimiento, generan estrategias para bordear, rastrear, fisurar, indagar y comprender los movimientos, ritmos, deseos entretejidos en los territorios creados. Medina reafirma que sólo ha podido tejer vida a través de las contradicciones, los encuentros y desencuentros tanto en el territorio y con los estudiantes y que así, el sueño inscrito en su piel como mujer poco a poco comienza a ser real, a partir de todo el andamiaje, se concretiza un poco más, en diferentes conversaciones, con un poco más de forma.

 

Rastreando las huellas: de las tertulias de un andén a la consolidación de un proceso organizativo

Para reconstruir la historia de la Corporación “Cultura Nómade” es necesario comprender que el tiempo de nómade es un tiempo no lineal, es un tiempo absolutamente instantáneo, del aquí y del ahora, y eso no hace que carezca de estrategias, de planeación, de una lógica o de sentido. Es una red, un rizoma, es con una concepción de la máquina de guerra, una máquina de amor, una máquina revolucionaria, etcétera. Deleuze y Guattari (2004) afirman que se maneja el silencio que responde a una estrategia de movimiento donde el orden y el tiempo es divergente o también simultáneo, real, virtual y fugaz; esta consolidación del proceso organizativo es una muestra fervorosa del proceso que ha mantenido la experiencia de la cultura nómade durante la historia de esos 20 años, dando cuenta de la importancia del proceso de la extensión universitaria donde dicha relación se escribe y se escribirá a partir del reconocimiento de los hechos que se asumen como huellas.

Huellas que refiere a otras, deviniendo origen a su paso. Huella como condición de posibilidad para significación. Resaltando que tiene un carácter esencial de no- origen, que más bien está en comunicación con su pasado, presente y su porvenir. Huellas que se encuentran en la experiencia urbana, experiencia rural, experiencia selvática, experiencia institucional, experiencia barrial. En otras palabras, es el encuentro de varias circunstancias en un momento determinado, que dejan huella en los hechos que permanecen en el tiempo. Asimismo, el proceso narrativo también se convierte en huella dado que el acto de narrar no sólo implica una característica de forma, sino de fondo: éste se desarrolla dentro de un ámbito subjetivo, observando lo cotidiano, aquellos pequeños detalles que se consideran importantes y que no persiguen verdades universales.

 En este proceso de reconstrucción histórica hay tres aspectos que serán fundamentales en este relato: (1) es determinante establecer que Nómade, más allá de ser una corporación cultural con un espacio físico determinado, logra caracterizar una actitud pedagógica por parte de todas las personas que en diferentes momentos han integrado la iniciativa y por supuesto, creído en la posibilidad de construir procesos educativos desde diversas perspectivas; (2) los nexos que en diferentes momentos se han tenido con la institucionalidad, la academia y las alianzas con diversos establecimientos y escenarios estratégicos, no son el fin sino son, claramente, un medio para construir otros tipos de relaciones pedagógicas, usando como herramienta la exploración de los lenguajes artísticos especialmente en los sectores populares de Colombia y (3) Nómade hace su aparición y diálogo en escenarios propios de la comunidad científica, académica y formal, pero también se involucra y construye aprendizajes en la cuadra, en el barrio, en el parque y en todos aquellos lugares donde se identifique mentes inquietas dispuestas a construir conocimientos y propuestas desde la rebeldía creativa.

A continuación, se propone la realización de este relato compuesto por los diversos momentos en la historia de “Cultura Nómade” denominados huellas, desde su génesis en el barrio, pasando por las tres expediciones pedagógicas, proceso barrial en la localidad de Suba, la plaza de mercado del Sur en la ciudad de Tunja, además de diversos momentos considerados icónicos para el proceso formativo y por supuesto, la consolidación del espacio físico del Centro Cultural con sus distintas sedes[1]. Para tal fin, se tendrá en cuenta las diversas aristas de los sujetos participantes en este camino que con sus perspectivas han alimentado este ejercicio de memoria.

 

Tras las huellas de las expediciones pedagógicas y del proceso barrial en la localidad de Suba

La expedición pedagógica en Cereté (Córdoba) entre 1997 y 1998 forjó lazos de fraternidad y, con la colaboración de varias universidades, se generó un trabajo de intercambio cultural que logró fortalecer el tejido social de los lugareños a través del arte (obras de teatro, tradición oral, lunadas en la playa, jornadas de muralismo). Este proceso pedagógico y cultural demostró que la academia contiene el potencial y/o capacidad de bajar muros y permitir acercar las herramientas a las comunidades, y que ese devenir propició escenarios de reciprocidad y aprendizaje colectivo a partir de los saberes populares. Luego de esta experiencia, la profesora Martha empieza a interrogarse acerca de su contexto más cercano, encontrando la imagen recurrente de unos jóvenes reunidos en un árbol ubicado en “La Cantera”, un sitio del Cerro Mirador el Parque de los Nevados en la localidad de Suba. Ella descubre que en ese lugar los jóvenes hacían tertulias literarias donde conversaban de sus experiencias y formas de entender el mundo y así surge la oportunidad de elaborar una jornada de muralismo colectivo en el sector, posibilitando la participación activa de la comunidad en general, por medio de distintas actividades de arte que lograron darle una resignificación al espacio. Tal proceso fue dinámico y colaborativo y la realidad local, barrial y académica, dilucidan una nueva filosofía pedagógica, que trasciende en el ser y la esencia misma de todo aquel que participe, ya que todas las personas que se aventuraron a dar un paso más allá de la estructura convencional de la enseñanza/aprendizaje se dieron cuenta de la transformación de su realidad.

 

Segunda huella: plaza de mercado del sur en la ciudad de Tunja “Barca de papel”

Martha Judith se traslada de Bogotá a Tunja bajo el apadrinamiento del Semillero Gaya, perteneciente al grupo de investigación Filosofía, educación y pedagogía de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC), donde gestiona otro grupo que trabajó en la Plaza de Mercado del Sur, el centro mayorista de abastecimiento más importante de la capital de Boyacá, siendo el escenario de una realidad popular y campesina que le negaba a la niñez una perspectiva de goce y disfrute, y en ese panorama se torna un trabajo contracultural, nada fácil, el cual requirió de la realización de un proceso de autogestión, de voluntariado y de un acercamiento gradual a madres y padres que veían a sus hijos/as de maneras particulares. Esta nueva huella se llamó “Barca de papel”, la cual se apoyó en material didáctico, donde el teatrino, los títeres y algunos proyectos audiovisuales fueron el motivante para que la comunidad se acercará pues, el eje central del proyecto, era la exploración de otras formas de entender la infancia, ofreciéndoles un lugar de ternura, respeto y convivencia con otras personas. Esta experiencia permitió generar un reconocimiento de las infancias con sus particularidades, además de permitirles observar que la labor infantil puede tener altos costos sociales en la salud física y mental y, nuevamente, se evidencia que transgredir los muros de encerramiento institucional, tiene frutos teóricos y experienciales, en un juego entre el ser y el hacer.

 

Huellas icónicas y experiencia en Cojines del zaque (Tunja)

Pese a las vicisitudes propias de los aspectos organizativos, el nuevo escenario de acción es el barrio Cojines del Zaque, perteneciente a la parte occidental de la ciudad; en este lugar se da continuidad a la línea de pensamiento de “Cultura Nómade” generando acercamientos a la niñez y la juventud del sector, donde se explora el lenguaje artístico a través de rap y la lírica urbana, siendo géneros musicales de gran interés debido a las condiciones socio-económicas y abuso en el consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegales en la población. De modo que lo inicial fue un reconocimiento barrial para identificar los lugares significativos para las personas, como el salón comunal, escenarios deportivos y el observatorio astronómico, siendo sitios de encuentro recurrentes para diferentes actividades pedagógicas dadas al diálogo de pensamientos, historias y muchas confesiones cargadas de la realidad social del territorio.

En ese orden, surge la huella “Por la dignidad y la vida”, realizada en 2015, evento cargado de alto contenido simbólico debido al crimen de la niña Andrea Marcela García, siendo parte de una propuesta de educación formal, lo que inspiró a levantar una voz de rechazo hacia las distintas violencias que se ciernen contra la población infante y adolescente, a través de la realización de una jornada de siembra de árboles, reflexiones académicas y presentaciones de rap y hip hop realizados en el parque Monumento al Trigo, con el apoyo de la Red de Mujeres por la Dignidad y la Vida. Durante ese ejercicio de movilización social convergen diversos sectores académicos, populares y sociales, permitiendo reflexionar acerca de la construcción de infancias y adolescencias que se dan en el interior de las familias tunjanas, donde se pudo resaltar el carácter de autogestión en la realización de la actividad, ya que los recursos salieron de la docente Martha Judith Medina y de sus estudiantes quienes hicieron posible esta iniciativa de extensión universitaria.

 

Centro cultural “Cultura nómade”: huella hecha realidad

Para empezar el relato de esta nueva huella, aparece el sociólogo y docente universitario Hugo Rojas, quien hizo posible materializar un sueño al donar toda una colección de ejemplares en arte, sociología, historia, economía y literatura a la UPTC, la cual fue trasladada a Tunja al Centro Cultural en el barrio Alquimín. Este centro cultural contó con una ambientación especial entre muralismo y graffiti, el cual abrió en 2016 con la ilusión de poder consolidar ese anhelado tejido social dispuesto para la comunidad tunjana. Por otra parte, se identifica otra huella significativa y es que el espacio es tomado como centro de práctica institucional de la Universidad antes mencionada; es así como el Centro Cultural nace a partir de experiencias bajo la cultura nómade siendo parte de propuestas de educación no formal, la cual se reconfigura y comprende que los trabajos comunitarios son formas organizativas que toman su tiempo en consolidarse, en donde prima mantener la capacidad de resiliencia y paciencia.

De ahí aparece “las oncecitas literarias” como una actividad donde distintas personas prestaban sus lugares de habitación (casa o apartamentos), para ser convertidos en el epicentro del encuentro con la literatura y en el escenario para incorporar un nuevo saber con habitantes de los distintos sectores, donde el nomadismo fue llevado. En este sentido, el espacio físico se convierte en un nido, un lugar donde se puede llegar a construir y producir conocimiento. El espacio físico ofrece una seguridad colectiva que se ve reflejada en el trabajo desarrollado diariamente por sus miembros; también ayuda a la configuración de la identidad tanto colectiva como individual, a partir de la interacción y el relacionamiento; se reconoce como un espacio que permite el encuentro de vivencias, experiencias, anécdotas, sueños, metas, miedos, etcétera, que enriquecen la vida de cada miembro de la corporación.

 

Jirones a la institución: Jirones de la realidad

De acuerdo con lo anterior y teniendo en cuenta la sociedad en la que vivimos que es conducida por normas, el único ejercicio posible de libertad es a través de lo no definido por la norma, donde las segmentaciones entre bueno/malo, correcto/incorrecto, etc. son propias de la institucionalidad (jirones), pero no de la Corporación “Cultura nómade”: aquí no se hacen parcelaciones que suponen cierta permanencia, sino lo efímero, lo fugaz, el instante. Una de las mayores prioridades de la corporación es evitar que la institucionalidad pueda ejercer su hegemonía de manera constante, por eso Deleuze y Guattari (2004) entienden la corporación como eso que se hace, aviva, fomenta, forja, concibe, provoca haciendo que el flujo continúe y no cese el devenir, sino que se siga encontrando o construyendo puntos de fuga, facilitando que la corporación consiga múltiples formas y lugares para emerger, brotar, germinar, irrumpir de un momento a otro. En otras palabras, la corporación cultural “Cultura Nómade” es inocente no por ingenuidad, simplicidad e inexperiencia y tampoco por un “no saber”, sino por incorporar un saber diferente que apenas es creado, un saber intempestivo donde se conciben nuevas configuraciones de sentido, de relaciones, de agenciamientos como procesos de resistencia ante el objetivo del Estado, ante el interés de la institucionalidad por apropiarse de todo.

Al hablar sobre jirones de la realidad es inevitable mencionar que la identidad de la corporación cultural “Cultura nómade" alude a una forma de comprensión de comunidad, institucionalidad, otredad, territorialidad, pensamiento, etcétera, la cual viene y va y de igual manera tiene una pedagogía con dinámicas múltiples, donde la estrategia, la propuesta, la crítica, el poder, pueden ser tan móviles que puede encontrarse en cualquier lugar, surgir de cualquier lugar, puede localizarse en un animal, puede estar en un sujeto y es ahí donde se tejen conexiones, tensiones que crean la dinámica de los pliegos, de los repliegues, del interior y del afuera. Entonces, la pedagogía nómade también es una estrategia que constituye a un sujeto político, a una dinámica política única, pues el sujeto puede crear sus propias dinámicas políticas sin que se esté de manera directa en un partido o tenga una conexión política, es ahí donde toma conciencia de los procesos de emancipación de esa domesticación del pensamiento que se establece en la institucionalidad tradicional.

En la toma de conciencia del sujeto en una apuesta política, social, estética y ética, piensa, dice, siente y mira diferente su realidad para poder encararla. Es entonces cuando la subjetividad entra como una forma de producción colectiva de modos de estar en el mundo, es decir, constituirse a sí mismo en relación con los otros dándose un vínculo entre sujeto, movimiento, experiencia, ser, pensamiento y comunidad. Y así la vida traza una o varias subjetividades enunciadas, desde el proceso de la constitución del sujeto donde transversaliza mediante afectaciones que aparecen en el sentir de las relaciones con los otros y con lo otro, simultáneamente forma caminos-encuentros que responden a la diversidad de experiencias/alianzas y que en efecto muestran las particularidades de los interés-motivos (Deleuze, 2004) y que transita desordenadamente entre conexiones, actos, rupturas, líneas, nodos y enlaces que solidifican un devenir que no produce otra cosa que sí mismo. Entonces, los diversos fragmentos de los relatos permiten reflexionar sobre los acontecimientos que da la vida diaria y cómo el encuentro intergeneracional resignifica la forma en la que los sujetos habitan los lugares y se interconstruyen.

En esta perspectiva, se hace necesario visibilizar los detonantes que han creado fisuras o rupturas que permiten a la corporación cultural “Cultura Nómade” conservarse en el tiempo manteniendo sus principios, identidad, nociones, ideales y demás acervos culturales que la conforman: (1) el tipo de relaciones construidas son estrechas (círculos de amistad y familiar), donde el sentido de familiaridad atiende a sentirse en casa, en compañía viviendo la cultura y el arte colectivamente como manifestación estética del ser, del sujeto; (2) asociación de grupos poblacionales participativos e inclusivos, donde cada persona toma un rol activo como microempresario o autogestor a lo largo del proceso, siendo propositivos, colaborativos y organizados para cumplir con la iniciativa; y (3) tiene que ver con la radicalidad en cuanto a la constitución de la identidad de la corporación, las posturas ideológicas, en las múltiples formas de ver, percibir el mundo, con el fin de evitar que se desdibuje el trabajo. En la entrevista de Camila Rojas, en el 2020 realizada por Pineda (2021, p. 151), expresa que “la corporación no es algo que nació ayer, no es una imagen o identidad que ha sido construida de un día para otro, entonces he sido muy consciente y radical en la forma en la que nos comunicamos con la gente, en la forma en que nos comunicamos con los voluntarios”.

 

 

Conclusiones 

Una primera conclusión se relaciona con la pedagogía nómade y la extensión universitaria porque, así como esta cultura tiene su propia cosmovisión, también logra entender que la realidad es dinámica, y esto hace que lo universitario y lo sociocultural no se desligue sino que haya una continua interacción entre sí.  Martha lo expresa bajo el principio de mutualidad donde los sujetos participantes a lo largo de veinte (20) años de existencia de la corporación han comprendido que el mundo no es fraccionado, sino que es un todo y es fluctuante. Este hallazgo permite identificar que la extensión universitaria favorece a la experiencia pedagógica en la medida que permite visibilizar espacios de diálogo, reflexión y participación donde afloran nuevos conocimientos, perspectivas y formas de interpretar la realidad.

Al hablar de las implicaciones de la extensión universitaria es importante reconocer que la experiencia surge a partir de la relación que se da entre universidad y determinados contextos. En este caso la Corporación Nómade y lo que su cosmovisión interna simboliza, da cuenta de su capacidad de propiciar múltiples réplicas de carácter cultural o social “en forma de espiral” no como una simple “copia de”, sino que logra dar movimiento hacia lo creativo y lo nuevo en distintas direcciones, creando la posibilidad de entrar en esa experimentación con lo artístico, la tierra y otras culturas. Eso significa que la experiencia pedagógica le aporta a los procesos de extensión universitaria en la medida que se convierte en un amplificador de construcciones mutuas/colectivas que pueden transformar las subjetividades propias en contacto con la socialización y el contexto en el que interactúan.

La segunda conclusión tiene que ver con las expediciones antes narradas donde los/las participantes han surgido de la incerteza, de la incomodidad, de las enajenaciones y como parte de la búsqueda de reconocerse, de habitar el mundo de múltiples formas y el deseo por descubrir otros modos de ser, de reconocerse en otros lugares, en los otros, en el territorio, siempre en la búsqueda de retornar a sí mismo y movilizarse de otras maneras. Dicho de otra forma, estos devenires y resignificaciones dan cuenta de cómo la experiencia pedagógica de la Corporación “Cultura Nómade” es un proceso claro de extensión universitaria, pues comprende elementos como la construcción de conocimientos y la memoria colectiva como configuraciones que otorgan sentidos, relaciones y procesos que logran transformar la vida de cualquier sujeto donde es importante reconocer al otro u otros como actores activos. En ese orden, la universidad juega un rol más de la comunidad y de la cultura aportándole una mejora en la calidad de esos espacios en los que trabaja.

Una última conclusión es simbólica dada la forma en que se realizó el proceso narrativo, ya que fue una experiencia vivida por la investigadora como tal, siendo una muestra contundente de lo importante que es el proceso de extensión universitaria, pues el hecho de permitirse experimentar e involucrarse con el contexto le otorgó la posibilidad de crear conexiones y, en ese devenir, surgen una multiplicidad de elementos afectivos y racionales provenientes de la academia y la formación profesional dándole las herramientas suficientes para llevar a cabo este estudio. Finalmente, el aporte que tuvo esta experiencia pedagógica al campo de la extensión tiene que ver con la forma en la que se conciben las prácticas educativas sociales en diálogo de saberes permanentes, con las comunidades, las instituciones formales (entre ellas la universidad) y los espacios y producciones culturales donde el sujeto que escribe, investiga, indaga tiene la capacidad de provocar otros devenires, configuraciones y otros entendimientos como un hecho de nomadismo. Es así como las narrativas aquí suministradas son hallazgos que reconocen todo este proceso como un camino que por momentos es intuitivo pero que permite un devenir de formación profesional diferente.

 

 

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Biografía de la autora

Angie Catalina Pineda Ariza. Licenciada en Educación Preescolar (Universidad Pedagógica y tecnológica de Colombia) y Mgter. En Educación (Universidad Pedagógica y tecnológica de Colombia). Estudiante Doctorado en Educación (Universidad Benito Juárez X). Autora de proyectos Investigación y artículos sobre Extensión Universitaria.

 

 

 

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[1] Al hablar de huellas o momentos narrados por cada participante durante las entrevistas, estas se deben entender como aquellas prácticas y saberes construidos durante ese proceso de extensión universitaria, dado que al articular la vivencia con un factor pedagógico vendría siendo una experiencia de la cultura nómade ha tenido durante la historia y la extensión universitaria donde ambas se han fortalecido y nutrido mutuamente.