Cerro Leones, un viaje por el tiempo. Experiencia extensionista de Reconstrucción Colectiva de la Historia

 

Cerro Leones, uma viagem no tempo. Experiência de extensão de Reconstrução Coletiva da História.

 

Cerro Leones, a journey through time. Extension experience of Collective Reconstruction of History

 

 

Marcelo Righetti

Observatorio Social

Facultad Ciencias Humanas

UNICEN

marceloarighetti@fch.unicen.edu.ar

https://orcid.org/0000-0001-5687-0441

 

José Olivera

Observatorio Social

Facultad Ciencias Humanas

UNICEN

josealejandrolivera@gmail.com

https://orcid.org/0009-0008-7594-3536

 

Flavio García

Facultad Ciencias Humanas

UNICEN

flavioegarcia@gmail.com

https://orcid.org/0009-0005-7303-2999

 

Sección: Extensión en movimiento

Recepción: 07/07/2023                  Aceptación final: 07/12/2023

 

Para citación de este artículo: Righetti, M., Olivera, J. y García, F. (2024). Cerro Leones, un viaje por el tiempo. Experiencia extensionista de Reconstrucción Colectiva de la Historia. Revista Masquedós, 9(11), 1-12. https://doi.org/10.58313/masquedos.2024.v9.n11.270.

 

 

 

Resumen

El presente trabajo se propone reflexionar sobre la experiencia extensionista desarrollada en Cerro Leones, Tandil, en base a la metodología de Reconstrucción Colectiva de la Historia (RCH). La misma se realizó en el marco del Programa Integral de Extensión UNICEN “Barrios de Piedra” y fue protagonizada por integrantes del Centro de Jubiladas “Viejos son los trapos” y del Club y Biblioteca Figueroa, referentas barriales y el Observatorio Social de la Facultad de Ciencias Humanas (UNICEN). El texto presenta un abordaje de la experiencia en diálogo con aspectos teórico-metodológicos en busca de avanzar en la construcción de síntesis entre las distintas dimensiones que permita aportar al desarrollo de una praxis extensionista crítica y transformadora. Para ello se trabajó con bibliografía especializada y con diversos registros realizados a lo largo del proceso. Se inicia con una breve descripción del barrio con eje en su dimensión histórica. Posteriormente, se realiza una presentación de la perspectiva metodológica con la que se trabajó, haciendo hincapié en sus fundamentos, criterios y fases de implementación. A continuación, se despliega el relato de la experiencia desarrollada a lo largo de una serie de encuentros en el que los objetivos y dinámicas de funcionamiento fueron transformándose hasta culminar con la co-construcción de la revista de historia popular “Cerro Leones, un viaje por el tiempo”, donde se sintetizó el trabajo realizado y se cristalizó como pieza de comunicación popular. Finalmente, se concluye el trabajo con algunas reflexiones y posibles líneas de acción que podrían dar continuidad a la experiencia.

 

Palabras claves: Cerro Leones; reconstrucción colectiva de la historia; Memoria social; patrimonio cultural; patrimonio cultural inmaterial.

 

Resumo

Este trabalho tem como objetivo refletir sobre a experiência de extensão desenvolvida em Cerro Leones, Tandil, com base na metodologia de Reconstrução Coletiva da História (RCH). Foi realizada no âmbito do Programa de Extensão Integral da UNICEN “Barrios de Piedra” e foi protagonizada por membros do Centro de Aposentados “Viejos son los Trapos” e do Clube e Biblioteca Figueroa, referências do bairro, e do Observatório Social da Faculdade de Ciências Humanas (UNICEN). O texto apresenta uma abordagem da experiência em diálogo com aspectos teórico-metodológicos em busca de avançar na construção de uma síntese entre as diferentes dimensões que permita contribuir para o desenvolvimento de uma práxis extensionista crítica e transformadora. Para isso, trabalhamos com uma bibliografia especializada e com diversos registros feitos ao longo do processo. Inicia-se com uma breve descrição do bairro focando-se na sua dimensão histórica. Posteriormente é feita uma apresentação da perspectiva metodológica com a qual trabalhamos, enfatizando seus fundamentos, critérios e fases de implementação. Segue abaixo o relato da experiência desenvolvida ao longo de uma série de encontros, nos quais os objetivos e dinâmicas de funcionamento foram se transformando até culminar na coconstrução da revista de história popular “Cerro Leones, uma viagem no tempo”, onde o trabalho realizado foi sintetizado e cristalizado como uma peça de comunicação popular. Por fim, o trabalho é concluído com algumas reflexões e possíveis linhas de ação que possam dar continuidade à experiência.

 

Palavras-chave: Cerro Leones; reconstrução coletiva da história; memória social; patrimônio cultural; patrimônio cultural imaterial.

 

 

Abstract

This work aims to reflect on the extension experience developed in Cerro Leones, Tandil, based on the Collective Reconstruction of History (RCH) methodology. It was carried out within the framework of the UNICEN Comprehensive Extension Program “Barrios de Piedra” and was carried out by members of the Retirement Center “Viejos son los Trapos” and the Figueroa Club and Library, neighborhood leaders and the Social Observatory of the Faculty of Human Sciences (UNICEN). The text presents an approach to the experience in dialogue with theoretical-methodological aspects in search of advancing in the construction of a synthesis between the different dimensions that allows to contribute to the development of a critical and transformative extensionist praxis. To do this, we worked with specialized bibliography and with various records kept throughout the process. It begins with a brief description of the neighborhood focusing on its historical dimension. Subsequently, a presentation of the methodological perspective with which we worked is made, emphasizing its foundations, criteria and implementation phases. Below it is the story of the experience developed throughout a series of meetings in which the objectives and dynamics of operation were transformed culminating in the co-construction of the popular history magazine “Cerro Leones, a trip through time”, where the work carried out was synthesized and crystallized as a piece of popular communication. Finally, the work concludes with some reflections and possible lines of action that could give continuity to the experience.

 

Keywords: Cerro Leones; collective reconstruction of history; social memory; cultural heritage; intangible cultural heritage.

 

 

Introducción

El presente artículo se propone reflexionar sobre la experiencia extensionista en base a la propuesta de Reconstrucción Colectiva de la Historia (RCH) (Torres Carrillo, 2014), protagonizada por integrantes del Centro de Jubiladas[1] “Viejos son los trapos”, referentas barriales de Cerro Leones, integrantes del Club y Biblioteca Figueroa y un grupo de universitarias articulado desde el Observatorio Social de la Facultad de Ciencias Humanas (programa institucional de la Secretaría de Extensión y Transferencia de dicha unidad académica).

La iniciativa se desarrolló en el marco del Programa Integral de Extensión UNICEN “Barrios de Piedra”, aprobado en la VII Convocatoria de Programas y Proyectos de la Secretaría de Extensión UNICEN (2021), que se propuso trabajar en dos barrios de la ciudad de Tandil, La Movediza y Cerro Leones, lugares icónicos y con una historia en común en relación con los picapedreros, la actividad canteril y los pasivos ambientales que generó la actividad minera intensiva. Luego de una articulación entre la Universidad y las comunidades, que tiene como hitos centrales la puesta en funcionamiento del Punto de Extensión Territorial (PET) en Cerro Leones y la realización de la Fiesta Popular del Picapedrero desde el año 2018, se elaboró el Programa que se propuso trabajar en torno a una serie de dimensiones (ambiental, educativa, patrimonial, legal, urbanística y socioeconómica).

En particular, esta experiencia se enmarca dentro de los objetivos que se establecieron de aportar a la revalorización de la memoria social y el patrimonio cultural, y co-producir contenidos orientados a la comunicación popular de los resultados generados a partir de los procesos de Investigación-Acción-Participativa (IAP), RCH y elaboración participativa de proyectos (Fernández, 2021)[2]. Sus inicios se remontan a la primera reunión plenaria del Programa en marzo de 2022, donde se congregaron pobladoras del barrio, referentas de instituciones y organizaciones de la comunidad y universitarias. Allí surgió la necesidad de espacios en donde las personas mayores puedan tener un rol activo y protagónico en la comunicación de saberes y conocimientos en relación a sus experiencias de vida. A partir de allí, se comenzaron a dar los primeros pasos que terminaron configurando la experiencia objeto del artículo.

El texto que se desarrolla a continuación tiene como objetivo reflexionar sobre la experiencia desarrollada en Cerro Leones en torno a la propuesta metodológica de la RCH, teniendo en cuenta su relevancia para el desarrollo de prácticas extensionistas en clave de diálogo de saberes, co-construcción de conocimiento e IAP. En este sentido, el artículo se organiza en una serie de apartados en los que se presenta una aproximación al barrio y su historia, un repaso sobre los fundamentos y lineamientos teóricos de la propuesta de RCH, un recorrido de los principales aspectos del proceso y un grupo de reflexiones sobre el trabajo desarrollado y los posibles desafíos a futuro.

 

 

Breve historia de Cerro Leones

Cerro Leones es un barrio de la localidad de Tandil, situado en su margen oeste y distante unos 7 kilómetros del centro de la ciudad. Abarca una superficie aproximada de 260 hectáreas y se encuentra enmarcada al Norte por la Ruta Nacional N° 226, al este por la Ruta Provincial N° 30, al sur y al oeste por extensiones rurales y afloramientos serranos, algunos con actividad minera.

La barriada de Cerro Leones posee una fuerte impronta identitaria asociada a la actividad minera, las luchas obreras y pasivos ambientales que hoy marcan su territorio. Para comenzar, se debe mencionar que el nacimiento del barrio se da a finales del siglo XIX, cuando grandes urbes como Buenos Aires y La Plata requerían de adoquines, granitullos y cordones de granito para sus obras públicas. Por este motivo, las sierras y cerros en los alrededores de la ciudad de Tandil se convirtieron en una fuente para la extracción y producción de este material. En este sentido, el paraje de Cerro Leones se transformó en un sitio clave para el despegue canteril. Se conoce que las primeras canteras se establecieron cerca de 1870, sin embargo, la llegada del ferrocarril en 1883 provocaría una verdadera “fiebre” por la piedra (Nario, 1997). Asociado a este crecimiento estuvo la demanda de fuerza de trabajo, por este motivo gran cantidad de inmigrantes de origen europeo provenientes de Portugal, Italia, Montenegro y España se fueron asentando dentro del predio de la cantera o en sus alrededores. Esta amalgama cultural, la situación de aislamiento con respecto a la zona céntrica de la ciudad de Tandil, las duras condiciones de vida y trabajo, fueron propiciando un microclima caracterizado por una cultura contestataria (Pasolini, 2023). Asimismo, la situación de explotación que se vivía en las canteras por esos años generó el germen para la constitución de un sindicato en busca de mejores condiciones laborales. Es así que a partir de 1906 los trabajadores de la cantera y sus familias emprendieron una serie de luchas que marcaron al movimiento obrero local y nacional. Entre ellas se destaca la denominada Huelga Grande (1908-1909) que tuvo una duración de once meses y permitió la conquista de derechos laborales tan relevantes como la jornada de trabajo de 8 horas, el descanso dominical, el pago con moneda corriente y la libre circulación.

A comienzos de la década de 1930 se produjo un cambio en la demanda canteril. Desde entonces, las nuevas técnicas de pavimentación requerirían de piedra triturada. En este sentido, el trabajo artesanal de adoquines, granitullos y cordones fue reemplazado por un tipo de explotación a gran escala. Por este motivo, se instalaron moledoras de piedra, zarandas y usinas eléctricas que pasaron a convertirse en el paisaje cotidiano, como así también las poderosas detonaciones para romper la piedra. Este cambio generó además una menor demanda de fuerza de trabajo, lo que llevó a que muchos artesanos de la piedra tuvieran que buscar otra salida laboral. En esta época se produjo una lenta migración, principalmente hacia la ciudad de Mar del Plata. En esa localidad costera se ocuparon de la extracción y el trabajo sobre la piedra blanca para la construcción de los típicos chalets marplatenses (Bidaure, 2020).

Avanzado el siglo XX, durante las décadas de 1970 y 1980, la ciudad de Tandil comenzó a expandirse. Esta situación hizo que algunas canteras en actividad quedarán próximas al ejido urbano generando conflictos por el tipo de explotación. Sin embargo, y en contraste con lo que ocurría en la ciudad, la cantera de Cerro Leones continuaba alejada y aislada del centro urbano (Pizarro et al., 2016).

Finalmente, la cantera que dio origen al paraje cerró en el año 2000, después de muchos vaivenes en su producción, que siempre estuvo directamente asociada a la obra pública y por ende a los diferentes ciclos económicos nacionales. Particularmente, el nivel de explotación de sus últimos años dejó un enorme pasivo ambiental que implicó no sólo la destrucción del mítico cerro, sino también dos cavas que llegaron hasta el nivel de la capa freática haciendo que se llenaran de agua y se convirtieran en una especie de lago artificial. En la actualidad, el predio de la cantera, que es de propiedad privada, se transformó en una suerte de paseo público que contiene hermosos paisajes y elementos dignos de un museo a cielo abierto (García, 2018). Frente a los escasos espacios recreativos para refrescarse, todos los veranos se instala en los medios de comunicación y la opinión pública la discusión de las cavas, que son utilizadas por muchas personas de Tandil como balneario, aun con el peligro que encierra bañarse en esas aguas.

 

 

Fundamentos y criterios de la Reconstrucción Colectiva de la Historia

La RCH es una propuesta educativa y de investigación que se fue conformando en un contexto histórico y geográfico concreto, a partir de nutrirse de otras experiencias pedagógicas y epistemológicas. Surgida fundamentalmente en Colombia, pero también en otros países de América Latina hacia fines de la década de 1970, tiempos en los que la región se encontraba convulsionada y con una efervescencia de movimientos populares que cuestionaban el orden imperante y prefiguraban horizontes alternativos, se construye conscientemente como producto de esos procesos y asumiendo un lugar bien definido en las luchas existentes.

Dentro de las corrientes y perspectivas de las que se nutre pueden mencionarse las múltiples experiencias de Educación Popular (EP), la IAP, el pensamiento marxista, las teorías de la dependencia, la Filosofía y la Teología de la Liberación, las propuestas disidentes de la historia oficial como la Historia Popular, la Historia Oral y la Historia desde abajo, con la particular influencia de la historiografía marxista británica y los estudios latinoamericanos sobre culturas e identidades populares (Cuevas Marín, 2008; Torres Carrillo, 2014; Torres Carrillo et al., 1992).

“De este modo, la RCH como propuesta de producción de conocimiento histórico, articulado a los procesos de lucha y organización sociales, ha resultado de la confluencia de diferentes prácticas emancipadoras y corrientes disciplinarias críticas. Ello no significa que la RCH sea una simple sumatoria o combinación de las mismas; a lo largo de más de un cuarto de siglo de existencia, esta modalidad investigativa crítica ha decantado sus propios sentidos políticos y epistemológicos, así como consolidado sus campos temáticos, sus criterios y sus procesos metodológicos” (Torres Carrillo, 2014, p. 106-107).

En esta línea, en lo que respecta al campo de la construcción del conocimiento histórico, se contrapone con las perspectivas historiográficas que se desarrollan “desde el poder dominante” (Torres Carrillo et al., 1992, p. 28). Sus críticas sostienen que estás propuestas niegan la capacidad de las clases subalternas de producir conocimiento histórico, convirtiéndola en la tarea de una elite. Al mismo tiempo excluyen la realidad de lo popular al considerar al pueblo sin una identidad propia, sino como una masa pasiva sin capacidad protagónica para ser sujeto de la historia. Ello termina mostrando el encubrimiento del carácter ideologizado de este tipo de planteamientos historiográficos (Torres Carrillo et al., 1992).

En contraposición con estas perspectivas dominantes, la RCH asume fundamentos de las propuestas de Historia Popular (Samuel, 1984). En primer lugar, el reconocimiento de que las clases populares son constructoras permanentes de su propia historia dentro las circunstancias que les son heredadas por el pasado. En segundo término, la convicción de que ellas mismas mantienen una relación activa con ese pasado mediante diferentes estrategias de elaboración y activación de su memoria colectiva. Finalmente, el indispensable el reconocimiento de que los sujetos subalternos tienen la capacidad de ser productores de conocimiento histórico sobre y desde su acción histórica (Torres Carrillo, 2014).

En consonancia con estas nociones, Torres Carrillo (2014, 2016) señala algunos criterios metodológicos de la RCH. En primer lugar, menciona su inscripción como herramienta de producción de conocimiento articulada a luchas sociales alternativas, en la clave de generar saberes para la transformación social. En este sentido, se comprende que es el presente el eje articulador de la construcción del conocimiento del pasado, en tanto se pretende obtener claridad sobre los problemas de la actualidad. Asimismo, si bien localiza su mirada en procesos concretos intenta ubicarlos en el marco de la totalidad social. Además, reafirma su característica de producción colectiva de conocimiento, en donde se requiere una participación activa del conjunto de participantes a lo largo de todo el recorrido del proceso. Por ello, la RCH se sostiene a partir de promover el diálogo de saberes, obligando a pensarla como una propuesta reflexiva y flexible, debido a que requiere de un análisis crítico y la capacidad de abandonar esquemas rígidos en pos de adecuarse e innovar según las características particulares de cada proceso.

Por otra parte, para la implementación de esta propuesta, Torres Carrillo (2014, 2016) propone una serie de fases que, aunque no las considera lineales, permiten identificar diferentes momentos a tener en cuenta a la hora de desarrollar procesos de RCH. En primer lugar, señala la fase preparatoria en donde el colectivo popular y el grupo universitario construyen, en base a un interés común, el sentido general que asumirá la experiencia. Allí se define colectivamente el por qué y el para qué, las preguntas de investigación y la conformación del equipo de investigación. Luego corresponde el momento de la fase de reconstrucción, en donde se establecen las fuentes con las que se trabajará y los dispositivos de activación de la memoria que se utilizarán. Finalmente, llegará la fase de análisis y comunicación de los resultados de la investigación.

Este recorrido permite comprender que la RCH rechaza la pretensión de objetividad y reconoce una intencionalidad política orientada a contribuir al afianzamiento de la subjetividad histórica de las clases subalternas y a fortalecer su capacidad para enfrentar los desafíos del presente. Para ello, se propone potenciar su conciencia histórica y fortalecer su capacidad crítica, buscando consolidar las identidades de quienes participan de las experiencias.

 

 

Desarrollo de la experiencia extensionista en base a la RCH en Cerro Leones

Tal como ha quedado expresado anteriormente, la historia de Cerro Leones tiene una variedad de aristas con una riqueza muy potente para el desarrollo historiográfico además de tender, de múltiples formas, sus hilos de vinculación con el presente. Frente a esta situación, las definiciones en relación a qué aspectos, dimensiones y procesos priorizar en la investigación surgieron de la articulación concreta entre quienes participaron del proceso de reconstrucción de esa historia. Ello se debió tanto a los criterios teórico-metodológicos de la RCH ya mencionados, como a la perspectiva de intervención que se impulsa desde la Extensión Crítica (Tommasino y Cano, 2016), la EP (Freire, 1992; 2008; 2011) y la IAP (Fals Borda, 1993; Villasante, 2010; Torres Carrillo, 2019) en tanto propuestas que dieron fundamento ético-político, pedagógico y epistemológico al desarrollo de la experiencia. En este sentido, resultan centrales nociones vinculadas a la importancia de otorgar un rol protagónico a la participación comunitaria como ética de la autonomía (Rebellato y Giménez, 1997), ecología de saberes (Santos, 2010) o la necesidad de construir relaciones sustantivamente democráticas que rechacen tanto la manipulación como el basismo (Freire, 2008; Tommasino y Rodríguez, 2011).

En este sentido, los inicios de la experiencia tienen como punto de partida la construcción de una demanda comunitaria. Durante la primera reunión plenaria del Programa “Barrios de Piedra”, realizada en marzo de 2022 en el Club y Biblioteca Figueroa de Cerro Leones, se congregaron vecinas del barrio y universitarias de distintas facultades (Arte, Ciencias Humanas, Derecho, Ciencias Veterinarias, Ciencias Sociales). En el marco de ese encuentro, surgió un pedido del colectivo de personas mayores agrupadas en el Centro de Jubiladas “Viejos son los trapos”[3]. Allí se habló sobre la necesidad de espacios en donde puedan tener un rol activo y protagónico en la comunicación de saberes y conocimientos en relación a sus experiencias de vida. A partir de ello, desde el Eje Historia, Cultura y Patrimonio del Observatorio Social de la Facultad de Ciencias Humanas (FCH-UNICEN), se comenzó a trabajar en la planificación de una propuesta de talleres que tenían como objetivos iniciales construir un vínculo de confianza entre las participantes y conversar sobre la historia, la forma de producir conocimiento histórico y el valor de la memoria social.

La propuesta inicial contemplaba la realización de tres encuentros. El primero de ellos tuvo lugar en las instalaciones del Club y estuvieron presentes integrantes del Centro de Jubiladas y del Programa “Barrios de Piedra”. La atención principal de la reunión estuvo puesta en la construcción del vínculo colectivo. Asimismo, se buscó trabajar en la identificación de los intereses comunes del grupo y se comenzó a conversar sobre la posibilidad de desarrollar un proceso de reconstrucción colectiva de la historia. Para ello se realizó una presentación de la RCH como propuesta metodológica de investigación histórica, remarcando sus potencialidades para escribir la historia del barrio desde otro punto de vista. A continuación, partiendo de la lectura del poema “Preguntas de un obrero que lee”, del dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht, se buscó reflexionar en torno a aquellos sujetos olvidados por la historia oficial. Este momento inauguró una instancia de debate para descubrir qué personas o grupos sociales estaban ocultos en la historia de la comunidad de Cerro Leones. Salieron a la luz los recuerdos de personajes del barrio, las mujeres, los niños y los trabajadores de la piedra como sujetos olvidados en la historia local.

En el segundo de los encuentros, se continuaron fortaleciendo los lazos de confianza. Allí se observó que algunos de los temas, preguntas y problemas tratados en el primer encuentro habían generado interés al interior del grupo del Centro de Jubiladas. Una de las vecinas compartió un mapa del barrio que había realizado y recuperaba los lugares donde vivían las distintas familias. Otra acercó fotografías de su álbum familiar. A partir de allí emergieron variados recuerdos de personajes, historias, vivencias, anécdotas, como los bailes en el Club, el equipo de fútbol femenino de Figueroa que jugó a principios de la década de 1970, las explosiones que se realizaban en la cantera, el rodaje de la película “Tiempo de revancha” con Federico Luppi, entre otros. A partir de esta reunión los encuentros asumieron el formato de talleres de memoria, en tanto que espacios que permiten la utilización de distintos dispositivos de activación de la memoria (Torres Carrillo, 2016). La síntesis que se construyó para el desarrollo de la investigación tuvo como punto central la realización de un mapeo colectivo de sitios considerados relevantes en la historia del barrio.

En el tercer encuentro, más integrantes de “Viejos son los trapos” acercaron fotografías y se organizó un proceso de digitalización de esos álbumes familiares. Además, se comenzó con el trabajo de mapeo. A partir de una consigna amplia se consultó sobre aquellos lugares del barrio que resultaban significativos para la comunidad. El trabajo se desarrolló de manera colectiva. Alguien mencionaba un sitio, se conversaba sobre el mismo y se lo ubicaba en plano base de Cerro Leones y sus alrededores. Varios de los sitios señalados por las personas mayores fueron las escuelas, almacenes, bares, comercios, espacios de sociabilidad, casas antiguas e incluso monumentos naturales como grandes rocas. El desarrollo del trabajo empezó a tomar una forma más nítida y comenzaron a emerger inquietudes respecto al destino del producto que saliera de estas acciones. Se pensó en acercarlo a la escuela y poder exponerlo en el marco de la Fiesta del Picapedrero.

Estos elementos permitieron comprender que para ese momento ya existía una consolidación del espacio colectivo. El vínculo entre las integrantes de la experiencia había adquirido una solidez que se manifestaba en la construcción de los objetivos y el plan de acción, e incluso, en las formas respecto a la comunicación de los resultados de la investigación. Sin embargo, el esquema inicial de tres talleres mostró sus límites y se requirió una reevaluación de la planificación con la que se había comenzado. Se necesitaba ralentizar la dinámica de trabajo, pero al mismo tiempo desarrollarla con mayor asiduidad. Debido a diversas circunstancias, entre las que se encontraba que el espacio de reunión no contaba con una calefacción suficiente y los resquemores latentes de los tiempos pandémicos, las primeras tres reuniones se realizaron en el plazo de cuatro meses (mayo-agosto de 2022). Ello obligaba a que en cada encuentro se concentren muchas actividades con un alto nivel de exigencia y que no podían terminar de desarrollarse en los tiempos pautados. En este sentido, se repensó el proceso de trabajo. Ya no se programó un ciclo cerrado de talleres, sino que se planteó como un proceso abierto en donde los encuentros se realicen de acuerdo a las condiciones y necesidades que se manifiesten en el recorrido.

En los encuentros siguientes se continuó trabajando en el mapa de manera grupal. Se sumaron nuevos lugares que fueron recordando con el pasar de los días y se continuó profundizando sobre cada sitio señalado con anécdotas, historias y vivencias, además de producciones propias de las personas mayores, como trabajos prácticos escolares, mapeos individuales y expresiones artísticas. Además, las integrantes del Centro de Jubiladas fueron invitando a otras vecinas para que se sumen al trabajo y compartan sus recuerdos. Esto se convirtió en un indicador elocuente del interés que había despertado el trabajo al interior de la comunidad barrial.

Otra de las acciones que se desplegaron en los talleres siguientes fue la ubicación temporal de cada uno de los puntos identificados, señalando aquellos sitios que ya no se encuentran en la actualidad y los que todavía subsisten. Esto permitió profundizar en los recuerdos y ponerlos en diálogo entre las participantes, generando algunas tensiones y discusiones sobre uno u otro aspecto, situación habitual cuando se trabaja en torno a la memoria colectiva. Como producto del trabajo, se marcaron un total de cincuenta y dos puntos, que hacen referencias a lugares que se consideraron como significativos para la historia del barrio. Entre algunos de ellos se pueden mencionar canteras, ladrilleras, galpones de apicultura, chancherías, bares, el circuito automovilístico, el Club, almacenes, tiendas, carnicerías, peluquerías, escuelas, jardín de infantes, centro de salud, centro comunitario, monumentos históricos, entre tantos otros.

Una vez consolidado el proceso de mapeo se comenzó a trabajar en su digitalización y en la propuesta de comunicación de los resultados del proceso de RCH que se estaba realizando. Por un lado, el primero de estos puntos se vinculó con el trabajo final del Seminario de la Práctica Profesional de la Tecnicatura en Sistemas de Información Geográfica de la FCH-UNICEN, por parte de un estudiante, vecino de Cerro Leones e integrante de la experiencia. Por el otro, se comenzó a trabajar en la confección de una revista de historia popular que permitiera recuperar aspectos centrales del trabajo realizado.

Los siguientes encuentros se dedicaron a pensar el esquema de presentación de la información y a seleccionar y organizar los materiales que contendría la publicación. Se estableció agrupar los sitios identificados de acuerdo a una serie de dimensiones (actividades productivas, espacios recreativos, instituciones públicas, comercios y patrimonio histórico y natural). Además, se realizó una selección de fotografías que permitieran ilustrar alguno de los aspectos que se buscaban destacar. Para ello se utilizaron imágenes que se habían digitalizado de los álbumes familiares y otras que fueron recuperadas a partir de un trabajo de archivo. En el proceso se acordó el nombre de la revista: “Cerro Leones, un viaje por el tiempo”. En esa clave se pensó una portada que contenga dos imágenes del Cerro, una de principios del siglo XX y otra de la actualidad, mostrando el contraste entre lo que era antes de la explotación minera indiscriminada y los pasivos ambientales que actualmente existen. De esta manera, se buscó evidenciar las huellas que el pasado dejó marcadas en el espacio, permitiendo articular la construcción del conocimiento histórico a partir de las problemáticas del presente.

El proceso de producción de la revista requirió una decena de encuentros en donde se fue avanzando y afinando en cada uno de sus aspectos. Además, se desarrolló un trabajo de revisión de los registros de las reuniones para incorporar fragmentos de los relatos de las personas mayores, muchos de los cuales se incorporaron al contenido de la publicación.

Finalmente, la revista tuvo dos presentaciones públicas. La primera de ellas fue el 8 de diciembre del año 2022, en el marco de la V Fiesta Popular del Picapedrero en el barrio de Cerro Leones. La misma se desarrolló a lo largo del día y se llevaron adelante distintas actividades culturales, charlas y una feria. El eje central de la jornada fue celebrar la identidad barrial, el patrimonio material e inmaterial del barrio como también el legado de aquellas personas que forjaron la historia del lugar. En este sentido, fue el momento ideal para la presentación de la revista a la comunidad. Para esa jornada, se imprimieron algunos ejemplares para ser entregados. Las integrantes del Centro de Jubiladas fueron las encargadas de ir contando este proceso, como así también, compartieron muchas otras historias y anécdotas.

La segunda presentación se concretó el día 7 de junio del 2023 en la Biblioteca Central de la UNICEN, en el Campus Universitario Tandil. En esta oportunidad estuvieron presentes integrantes de “Viejos son los trapos”, del Programa “Barrios de Piedra” y de la comunidad universitaria. Antes de comenzar con la actividad, se realizó una bienvenida y recorrido por la Facultad de Ciencias Humanas y por distintos lugares del Campus. A continuación, y al igual que en la primera oportunidad, se realizó la presentación de la revista explicando el recorrido de este proceso y también se fueron compartiendo historias acerca del barrio. Asimismo, la directora de la biblioteca recibió dos ejemplares de la revista, las cuales pasaron a formar parte del acervo bibliográfico de la institución.

 

 

Reflexiones finales y perspectivas de trabajo futuro

En tanto fue la primera vez que este equipo extensionista pone en práctica la metodología de la RCH en una propuesta con un alcance tan amplio como resultó en la experiencia relatada, existen muchos puntos que tienen que ser revisados para el desarrollo de futuras acciones. Sin embargo, en términos generales, puede señalarse que la experiencia resultó enriquecedora y cumplió con el objetivo planteado de formación de un equipo de trabajo para la co-construcción de conocimiento histórico sobre Cerro Leones. En este sentido, uno de los puntos más significativos se expresa en que fue abrazada por la comunidad. Esto se evidenció en el entusiasmo y en las ganas de compartir recuerdos e historias, en la alegría que se manifestó en cada encuentro, y en las nuevas iniciativas que surgieron para seguir pensando en la continuidad del trabajo conjunto. Además, se logró conformar un grupo humano que resultó ampliamente valorado por todas las partes integrantes y que resultó indispensable para el crecimiento y desarrollo de la experiencia.

Si bien el proceso todavía se encuentra en una fase inicial, el trabajo en base a la RCH mostró potencialidad para fortalecer la identidad barrial y para desarrollar conocimientos históricos. Los pasos siguientes del Programa “Barrios de Piedra” están vinculados a la construcción de propuestas comunitarias, públicas, adecuadas y seguras para el uso del espacio de la cantera Cerro Leones, en donde se encuentran las cavas que constituyen el principal pasivo ambiental legado por la actividad extractiva indiscriminada y que genera situaciones problemáticas debido a la desidia estatal y privada, que termina permitiendo utilizaciones peligrosas para el ambiente y para la salud y la vida misma de las personas.

En este sentido, los resultados construidos a lo largo del proceso de esta experiencia permiten aportar a la formación y consolidación de estas iniciativas de recuperación del espacio, en tanto brindan una perspectiva histórica del barrio desde una construcción comunitaria que facilita una valorización y reconfiguración crítica de la visión sobre su pasado y la comprensión de la dimensión histórica de los problemas del presente. Por ello, y en diálogo con el trabajo ya realizado, se planifica realizar circuitos educativos y recreativos para que se conozca la historia, la cultura y el patrimonio tangible e intangible que posee el barrio. Se piensa en el armado de trayectos que recuperen la realidad de los trabajadores de la cantera, los procesos productivos de la piedra, los sitios de interés patrimonial, la vida cotidiana y las características geológicas y naturales. Estas propuestas se piensan como aportes en el proceso de una recuperación popular de esos espacios y lugares de Cerro Leones y en la revalorización y visibilización de historias que no sólo son importantes para el barrio, sino también para toda la ciudad de Tandil e incluso para el país.

 

 

Referencias

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Biografía de los autores

Marcelo Righetti. Licenciado en Relaciones Internacionales (FCH-UNICEN). Diplomado en Extensión e Integralidad en las Universidades Públicas (UNICEN). Maestrando en Ciencias Sociales (FCH-UNICEN). Profesor Ayudante. Coordinador del Observatorio Social (FCH-UNICEN). Autor de artículos sobre extensión universitaria. Director de proyectos de extensión e integrante de diferentes equipos extensionistas

José Olivera. Profesor de Historia (FCH-UNICEN). Maestrando en Ciencias Sociales (FCH-UNICEN). Profesor Ayudante. Coordinador del Observatorio Social (FCH-UNICEN). Director de proyectos de extensión e integrante de diferentes equipos extensionistas. Profesor en Escuela Media.

Flavio García. Técnico en Sistemas de Información Geográfica (FCH-UNICEN). Presidente de la Comisión de la Fiesta Popular del Picapedrero. Integrante de diferentes equipos extensionistas

 

 

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[1] El artículo se encuentra escrito usando el femenino como genérico, con el objetivo de facilitar la lectura del mismo. Esta decisión se basa en que la mayoría de las personas que participaron de la experiencia han sido mujeres y no implica, ni busca negar y ocultar la participación de varones y disidencias a lo largo del proceso que se relata. En los casos en que corresponda, por su característica eminentemente varonil, se utilizará el masculino (por ejemplo, los picapedreros).

[2] Cabe mencionar que el Programa “Barrios de Piedra” (RR UNCPBA N°726/21 – Secretaría de Extensión UNICEN) contempló y realizó múltiples actividades en torno a las diferentes dimensiones en las que organizó su intervención. En el plano de lo patrimonial, en donde se inserta esta experiencia de RCH, se desarrollaron otras acciones complementarias que tuvieron algunos puntos de conexión con ella. La digitalización de fotografías de álbumes familiares, las entrevistas a vecinos y vecinas destacadas, la participación en la celebración de los 100 años del Club y Biblioteca Figueroa, la señalización del lugar donde se encontraba el salón sindical de la Unión Obrera de las Canteras, talleres de formación, charlas, relevamiento de fuentes periodísticas, la recuperación de la historia y el presente de los ladrilleros, son algunas de esas actividades.

[3] Sobre el grupo de jubiladas se debe mencionar que, si bien por distintos motivos iría cambiando, estaba compuesto por cerca de veintidós personas mayores, de las cuales de manera permanente participaron alrededor de una docena. Muchas nacieron y se criaron en el barrio, otras son vecinas recientes que se instalaron durante la última época. Por otra parte, no todas residen en el mismo barrio, algunas se trasladan desde otros lugares de Tandil para el encuentro semanal. Por lo mencionado anteriormente, podemos decir que muchas compartieron trayectos de vida y otras suman sus vivencias y recuerdos desde otros lugares.