Consideraciones acerca de la producción audiovisual en la investigación compartida junto con movimientos populares

Álvaro Javier Di Matteo, Mercedes Palumbo, Betina Laura Plaza, Aimé Almada. Universidad Nacional de Luján, Argentin.

Palabras clave: registro audiovisual - co-producción de conocimiento - movimientos populares.
Keywords: audio-visual record, knowledge co-production, popular movements.
Para citación de este artículo: Di Matteo, A.J; Palumbo, M.; Plaza, B.L; Almada, A., (2020). Consideraciones acerca de la producción audiovisual en la investigación compartida junto con movimientos populares. En Revista Masquedós N° 6, Año 6. Secretaría de Extensión UNICEN. Tandil, Argentina.
Recepción: 30/10/2020 Aceptación final: 05/04/2021

Resumen

El artículo se propone sistematizar un conjunto de reflexiones suscitadas en torno a la producción y proyección de la serie documental “Tierra para quien la trabaja, alimentos para el pueblo” como parte de un proceso de co-producción de conocimiento entre un equipo de investigación-extensión y docencia de la Universidad Nacional de Luján y la Rama Rural del Movimiento de Trabajadores Excluidos. El relevamiento del material audiovisual, su edición y proyección tanto como su puesta a consideración al MTE generaron preguntas y debates en el equipo que se nutrieron, a su vez, de las repercusiones de su proyección. Aquí nos interesa explicitar nuestra mirada sobre la co-producción de conocimiento, en diálogo con la perspectiva de la extensión crítica, que enmarca la serie documental. Asimismo, seleccionamos cuatro ejes de análisis para dar cuenta de la experiencia transitada. Los mismos se centran en los objetivos que motorizaron la producción del registro audiovisual, sus usos internos y locales las redefiniciones de sus destinatarios/as y la dinámica de trabajo en términos de la construcción de acuerdos y el cuidado de las organizaciones.

Abstract

This article is aimed at systematizing a set of reflections arisen on the production and projection of the documentary series called “Land for those who work it, food for the people” as part of a process of knowledge co-production between a research-extension and teaching team from the University of Luján and the Rural Sector of the Movement of Excluded Workers (MTE). The recollection of the audio-visual material, its editing and projection as well as its submission to the MTE triggered questions and debates within the team that were potentiated, in turn, by the impact of the projection. We are interested in explaining our approach to knowledge co-production, in dialogue with critical extension perspective, that frames the documentary series. Moreover, we choose four analysis axes to give an account of the experience. They focused on the objectives that motorise the production of an audio-visual record, the internal and local uses of it, the redefinitions about its audience and the work dynamic in terms of the construction of agreements and the caring for the organizations.

Introducción

El presente artículo sistematiza un conjunto de reflexiones suscitadas en torno a la producción y proyección de la serie documental “Tierra para quien la trabaja, alimentos para el pueblo”1 . La serie refleja la realidad de los productores y productoras de la economía popular rural en distintas regiones del país, que luchan por un modelo de soberanía alimentaria, con alimentos sanos y accesibles para la población. La primera temporada consta de cuatro capítulos, cada uno de los cuales muestra un sujeto singular dentro de la heterogeneidad que caracteriza a la economía popular rural: los/as productores de frutas y verduras de la provincia de Buenos Aires (Gran La Plata y Luján y alrededores), las familias crianceras del oeste pampeano, las comunidades mapuche y las experiencias productivas del sur neuquino.

La serie documental es el resultado de una experiencia que articula investigación y extensión universitaria desarrollada por el programa “Movimientos populares, educación y producción de conocimientos”2, radicado en el Departamento de Educación de la Universidad Nacional de Luján, en vinculación con la Rama Rural del Movimiento de Trabajadores Excluidos durante los años 2019-2020. El equipo docente cuenta con una historia de trabajo junto a organizaciones populares incluyendo algunas que hoy son parte del MTE (Di Matteo, Michi y Vila, 2018). El acuerdo de trabajo entre el equipo de investigación-extensión y el MTE consistió en recuperar las distintas experiencias que componen la rama rural considerando el gran crecimiento desde su creación en el año 2016 y la marcada heterogeneidad en su composición.

La idea compartida fue generar, en principio, dos tipos de producciones: por un lado, materiales de naturaleza escrita (cartillas) y audiovisual, para la formación de las/os integrantes del MTE y para el trabajo de base (hacia sujetos no organizados); por otro lado, textos académicos (ponencias, artículos) que contribuyan al debate en el campo universitario, sobre este sector de trabajadores/as no asalariados.

El trabajo de relevamiento se desarrolló durante 2019 y principios de 2020 y se suspendió por la pandemia. Se buscó contar las situaciones que los/as productores atraviesan en su trabajo cotidiano, las luchas que se vienen sosteniendo y las iniciativas que se van gestando para la mejora de las condiciones de vida, trabajo y organización. Con este fin, se combinaron los primeros planos a los/as protagonistas con imágenes más generales que permitieran situar a los sujetos en los territorios. La edición fue producto del diálogo interdisciplinario entre los distintos integrantes del equipo, muchos de los cuales carecían de participaciones previas en realizaciones audiovisuales. Adicionalmente, los capítulos fueron previsualizados por los/as productores que conforman las experiencias relevadas y sus comentarios fueron considerados a la hora de la edición. La circulación del documental se dio a través de la televisación en el circuito de medios de comunicación alternativos3 y luego se diversificó a través de medios electrónicos por iniciativa de la organización y cada experiencia local, y por la de personas que decidieron difundirlo.

Este proceso de relevamiento del material, edición y circulación tanto como su puesta a consideración por parte del MTE generó preguntas y debates internos al equipo de investigación-extensión, nutrido al mismo tiempo por las repercusiones de su proyección que se expresaron en comentarios y apreciaciones de colegas. A los fines de este artículo, nos interesa detenernos en una serie de ejes de análisis que interrogan la co-producción del conocimiento en el marco de la experiencia de investigación-extensión universitaria de la que participamos.

Sobre nuestra mirada de la extensión y la co-producción de conocimiento

El equipo universitario que llevó adelante la experiencia aquí sistematizada se posiciona desde el paradigma crítico y disputa las formas hegemónicas de pensar y hacer la universidad centradas en la enseñanza y desconectando las funciones universitarias de docencia, extensión e investigación. Su mirada parte de la educación popular (Freire, 1971; Di Matteo, Michi, Vila, 2012) y recupera los aportes de la extensión crítica (Tommasino y Cano, 2016), la investigación militante (Bringel y Maldonado, 2016; Michi, 2020) y la investigación acción participativa (Fals Borda, 2012; Brandão, 2013; Brandão y Fals Borda, 1985). En lo que refiere a la producción de conocimiento, las perspectivas mencionadas la vinculan con los problemas que emergen de una realidad que se presenta como indisciplinada, cuya resolución es compleja y es por esto que la transformación de la misma necesita de una intervención interdisciplinaria y dialogada entre el conocimiento académico y los saberes populares (Tommasino y Rodríguez, 2010). Dichas prácticas buscan atender la demanda social, pero no transfiriendo innovaciones desarrolladas en el ámbito institucional sino a través de diálogos de saberes con los sectores populares y de su participación protagónica en todo el proceso.

Nuestra mirada parte de que la producción de conocimientos en la universidad debe estar vinculada a las problemáticas de nuestra realidad, en particular en las que los sectores populares se encuentran involucrados. En base a los aportes de la corriente de extensión crítica, colocamos a la extensión en un lugar prioritario para el desarrollo científico, pudiendo emerger qué investigar en la praxis extensionista frente a desafíos significativos, revirtiendo aquella concepción que la entiende como actividad marginal y periférica (Tommasino y Cano, 2016). En esta línea, nuestro equipo comprende articuladamente la investigación-extensión, cuestionando las fronteras entre ambas y al mismo tiempo nutriéndose mutuamente. La integralidad de las funciones implica un desafío por transformar las relaciones instituidas en el modelo educativo universitario y generar un nuevo entramado de vinculaciones entre docentes, estudiantes y actores sociales, que parte de la búsqueda y solución conjunta de problemas. El desafío que conlleva la integralidad es la articulación de las funciones universitarias, la interdisciplina y el diálogo de saberes (Cano Menoni, 2014).

La extensión crítica nos lleva a preguntarnos con quién hacemos extensión. Desde el equipo priorizamos llevar adelante proyectos con los movimientos ya que sus acciones colectivas involucran a los sujetos desde sus necesidades más sentidas, los/as interpelan como protagonistas activos/as y lúcidos/as, recuperan y construyen derechos y ensayan alternativas sociales o, en términos de Tapia (2008), factualizan formas de hacer, organizar, dirigir y vivir las cosas de otro modo. Consideramos que la extensión no es un trabajo hacia los movimientos sino un hacer en conjunto para la construcción de conocimiento en pos de transformar la realidad injusta.

Ese hacer conjunto no carece de contradicciones. En el caso de la serie documental, se expresa en algunos momentos destacables: la construcción del acuerdo, el armado de las preguntas que organizan el guión, el proceso de diálogo con el movimiento en las instancias locales, la visualización de los materiales por sus protagonistas para determinar el corte final. Entendemos todas estas instancias como parte de un proceso formativo.

Adicionalmente al componente pedagógico, resulta central resaltar el carácter político de estas prácticas. En este punto, aparece como necesario retomar los aportes que realiza la Investigación Acción Participativa, que apunta en un doble sentido: a la participación popular en la investigación y principalmente a la participación política de la investigación en los movimientos y luchas populares (Brandão, 1983). En esta línea, existe una apuesta compartida en la construcción de nuevas realidades que incluyan tanto a dimensiones políticas, como el afianzamiento y despliegue de las experiencias de organización, o la influencia sobre las políticas públicas; subjetivas, como la afirmación de identidades comunitarias o el desarrollo de mayor lucidez en las “lecturas del mundo” realizadas por los sujetos: y materiales inmediatas, por el mejoramiento de las condiciones de vida de los sujetos.

Pensar la serie documental y el proceso de extensión/investigación que la enmarca

En este apartado nos interesa recorrer cuatro ejes de análisis que consideramos de relevancia para pensar la serie documental y el proceso de extensión e investigación del cual surgió en vinculación con la rama rural del MTE. Partimos de la consideración respecto a la potencia educativa del audiovisual, situado en las interfases entre comunicación y educación, en su condición de herramienta para la construcción de saberes y socialización de valores tanto como de material educativo que apoya el desarrollo de una experiencia de aprendizaje en procesos de formación (Almeida, Vilas-Boas-Barreto y Alves-Argollo, 2020). Estos ejes son: a) los objetivos de la producción de este material audiovisual; b) los usos internos y locales de la serie por parte del MTE Rural; c) los cambios que se sucedieron en la definición de los/as destinatarios/as de la serie; d) la dinámica de trabajo en relación a la construcción de acuerdos y el cuidado de las organizaciones. Para ello, se retoman intercambios con militantes de la organización, discusiones internas del equipo de trabajo y apreciaciones que nos hicieron llegar quienes fueron accediendo a la serie (académicos/as, docentes, público en general).

1- Los objetivos de la producción del material audiovisual

El objetivo inicial de la serie, acordado entre el equipo de la UNLu y el MTE en abril de 2019, fue construir un material para su circulación interna al movimiento, frente a la heterogeneidad de sujetos integrantes de la rama rural y al desconocimiento de otras realidades del país por parte de los/as productores. La serie buscó mostrar los sujetos, contextos, problemáticas y modos de vida particulares y específicos que componen la economía popular rural, donde se entraman experiencias del mundo campesino, indígena y popular.

Cada capítulo de la serie da a conocer un sujeto singular del sector rural. La propuesta de acercamiento a cada una de las experiencias se estructuró en tres aspectos consensuados con la organización: las situaciones de opresión de distinto tipo que enfrentan los sujetos en cuanto a sus condiciones de vida y trabajo, el proceso organizativo que se activa en ciertos momentos y que se apoya en saberes y prácticas culturales para dar las peleas, y las respuestas concretas que construyen a través de iniciativas colectivas. Por razones tanto políticas como epistémicas, optamos por poner en el centro las voces de los/as protagonistas que surgen de las entrevistas realizadas durante el trabajo de campo. Como sostiene un militante de General Pico, La Pampa: “Al interior de la misma cooperativa, fue la posibilidad para muchos compas de otras sedes de conocer con mayor profundidad y mediante testimonios de primera mano, la realidad de compas del oeste, teniendo en cuenta que la mayoría de las sedes están a más de 350 km de distancia de Santa Isabel, localidad donde se tomaron los testimonios [para el documental]4” .

En el diálogo sostenido con la rama rural nacional del MTE, en junio de 2020, el equipo le propuso el armado de una serie que se difundiera a nivel masivo, con el fin de intervenir en una coyuntura política específica, tal como se desarrollará en los apartados siguientes. Este grado de alcance de la serie resultó una sorpresa para los/as protagonistas. Un compañero de General Pico se comunicó con uno de los productores de La Plata, entrevistado en la serie, para contarle que estaba viéndolo en la TV de su casa. A continuación, reproducimos esa comunicación que nos hicieron llegar desde la organización que da cuenta de una expectativa inicial de una circulación local y más periférica de los materiales audiovisuales que transmuta en una reflexión sobre la utilidad de la participación en el documental frente a la sorpresa de su alcance nacional:

- “Hola Victorino, ¡estás llegando a todo el país!”.

- “¿Será tan así, que estoy llegando a todos lados? Bueno, si sirve de algo… A veces uno lo hace pero sin conciencia de hasta dónde puede llegar. La verdad, la verdad que no tenía entendido que iba a llegar así a todo el país, pensé que iba a ser local o en algún canal de cable y sé que está en youtube, pero esto de que esté a nivel nacional no me dijeron… que sirvamos de algo a nivel nacional hace que nos sintamos útiles” 5.

Una de las reflexiones que nos surgió como equipo de investigación refiere a la masividad que lograron alcanzar los materiales audiovisuales y el mayor espectro de usos y destinatarios/as en relación al registro textual escrito como soporte de las producciones, que se venían realizando hasta el momento. Damos por hecho que el impacto se relaciona con que la forma audiovisual es “más comunicativa”, de más fácil y asiduo acceso, más “amigable” que los libros, revistas y actas de eventos académicos, pero también de otros formatos utilizados en la educación y comunicación popular como las cartillas6. Como sostienen Carenzo, Fernández Álvarez, Castronovo y Gigliarelli (2019), el registro escrito limita el uso práctico de estos materiales más allá de los ámbitos universitarios -de investigación y docencia- donde se originaron, siendo necesario correrse de los formatos preestablecidos y explorar interfaces novedosas. Aún así queda pendiente analizar su potencialidad en momentos presenciales y colectivos de visualización, acompañados por iniciativas pedagógicas para el diálogo posterior, incluyendo recursos escritos.

Por otra parte, encontramos otra diferencia entre el registro audiovisual y el escrito en términos de la percepción de una menor mediación del equipo de investigación-extensión sobre el producto final. Si bien la producción de un documental implica la construcción de un guión y un consecuente proceso de edición y de jerarquización de información e intervenciones del material registrado, la organización nos transmite como un aspecto valioso que en la serie documental se reflejan “las voces de nuestros compañeros” y que “recibieron de primera mano” las voces de los/as productores en sus propios territorios.

Aunque pueda ser una interesante discusión el fenómeno de borramiento de las marcas de construcción del discurso, es cierto que el material audiovisual permite acercarnos al medio social, a los sujetos, a sus prácticas, al tono de voz y al énfasis con que cuentan sus realidades, entre otras dimensiones que el sonido y la imagen habilitan.

2- Los usos internos y locales de la serie documental

El objetivo inicial de los documentales, la visibilización interna de la heterogeneidad de los sujetos que componen la rama rural, es notoriamente pedagógico. Específicamente, se lo pensaba para la formación de trabajadores/as de la economía popular de la rama, en el marco de la Escuela Nacional de Organización Comunitaria de la Economía Popular (ENOCEP) de la CTEP, hoy UTEP. Más allá de su proyección orientada al público en general, desde julio de 2020, el MTE sigue proponiendo su utilización en diversas instancias de formación. Actualmente, los documentales están siendo pensados como insumo para que los/as trabajadores/as de las otras ramas de la economía popular, de fuerte anclaje urbano, conozcan la rama rural7. En palabras de una de sus referentes a nivel nacional: “El documental tuvo un montón de repercusión entre nuestros compañeros, son infinitos los usos y políticamente lo que significó para nosotros (...) pensábamos trabajarlo grupo por grupo en los territorios, pero la pandemia no lo permitió”8.

Más allá del uso pedagógico acordado entre el equipo de investigación-extensión y el MTE, observamos un proceso de apropiación de los documentales por parte de la organización a nivel nacional y local a medida que se fue desarrollando el registro audiovisual, por medio de las idas a los territorios de las cuatro experiencias que componen la serie, y con más fuerza luego de su proyección. Esta apropiación se vinculó a la ausencia de este tipo de productos audiovisuales de creación interna tanto como a ciertas urgencias por contar con ellos para acompañar procesos organizativos, como herramienta de lucha ante determinadas coyunturas e incluso para gestionar recursos. En consecuencia, fueron surgiendo de modo espontáneo otros usos no intencionalmente pedagógicos de la serie documental acompañados de una demanda al equipo de investigación-extensión de armado de subproductos (spot, cortes breves) que se adaptaran a la duración requerida y la experiencia del sujeto rural en el cual se quería focalizar. En conversación con una referente nacional ante la demanda de un subproducto, nos comentaba: “Esto es parte de lo que pensamos para este proyecto [por la vinculación MTE-UNLu] cuando nos juntamos, que sirviera para lo concreto y me parece que está yendo mucho más lejos de lo que lo imaginamos al principio”9.

A este respecto, cabe destacar tres usos que identificamos asociados a “lo concreto” de la dinámica organizativa del movimiento: a) la proyección de una versión preliminar del documental sobre la experiencia de La Pampa10 en la apertura de la Asamblea de Familias Rurales del Oeste Pampeano que congregó a más de cien crianceros/as. La posibilidad de reconocerse en esas imágenes y en esas palabras otorgó relevancia a la tarea que tenían por delante; b) el armado y difusión de un spot que se realiza de manera “urgente” ante la inminencia de una orden de desalojo de la sede que la Cooperativa La Comunitaria del MTE tiene en la localidad de América, Provincia de Bs As, en conflicto con el municipio. El spot tuvo una amplia difusión y alcance, llegando a quien en ese entonces era el presidente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES); c) la inclusión de una compilación de 15 minutos de los cuatro documentales, demandada por el MTE a nivel nacional, en calidad de soporte audiovisual para un documento de pedido de financiamiento a la Unión Europea. Este video que compila las experiencias de los cuatro capítulos de la serie documental fue pensado como una forma de presentación resumida de la organización en términos del proceso que vienen sosteniendo y las acciones a futuro.

3- El cambio en los/as destinatarios/as: el salto a la masividad

La circulación interna, que ubicaba a los/as militantes de base en proceso de formación como destinatarios/as y que suponía su visualización en espacios colectivos de formación, tuvo mucho peso en la definición del contenido de la serie en el momento de registro de las imágenes y testimonios. Se entendía que en dichos espacios colectivos se iban a proyectar, hacer análisis y críticas a las realidades registradas, tanto como a comparar situaciones propias con las narradas en los materiales.

La quiebra y las discusiones sobre la intervención de la empresa agroexportadora Vicentín, en junio de 2020, operaron como una oportunidad para ser parte del debate público en torno a la soberanía alimentaria a partir de la conversión de los materiales en una serie y la reorientación de sus destinatarios/as. Si bien no está explicitado en los documentales, el momento de su proyección se vincula a una apuesta política del equipo, acordada con el MTE, por reforzar la instalación de un tema en la agenda pública que se encuentra directamente relacionado con los/as sujetos protagonistas de la serie.

El cambio en los/as destinatarios/as nos llevó a reflexionar al interior del equipo sobre el modo en que los materiales audiovisuales modifican sus formas de contar en función de a quiénes van dirigidos, especialmente en cuanto a la circulación interna o externa. En este sentido, la decisión sobre un público destinatario tiene consecuencias en la estética del registro audiovisual, pero sobre todo en el relato que se cuenta, su estructuración y la transparentación de ciertas contradicciones propias de las experiencias. El salto al público masivo nos hizo hacernos preguntas relativas a quiénes interpretarían lo dicho en el documental, qué interpretarían, cómo eso que ven y escuchan sería resignificado según su mirada y experiencias previas. Estas preguntas se responden, por lo general, anticipando a quién está dirigido el material que se produce y con qué objetivo, pero en este caso se ha dado un proceso dinámico donde los/as destinatarios/as imaginados/as en la etapa de registro y edición no fueron los/as mismos/as de la etapa de circulación. Cuando pensamos inicialmente en construir los documentales como un recurso pedagógico de formación para militantes y productores/as, los aspectos vinculados al quiénes, qué y cómo se presentaban de un modo más controlado, enmarcado en una organización con cierta dinámica de funcionamiento y ciertos idearios que ya conocíamos. La circulación externa colocó al documental ante una variedad de destinatarios/as que estaba lejos de poder ser controlada: ¿Qué ve, escucha e interpreta un/a militante? ¿Qué ve, escucha e interpreta un/a académico/a? ¿Qué ve, escucha e interpreta una persona que prendió la TV de casualidad? De aquí en más, es probable que haya que pensar y diseñar los materiales dando por hecho su carácter polifónico y reflexionar, siguiendo la pauta de González Casanova: “sobre las ventajas de la precisión y sobre la riqueza de la ambigüedad” (2015: 391).

Cabe destacar que, conforme la serie documental se proyectó en instancias de circulación masiva, muchos/as docentes de los diferentes niveles educativos emergieron como destinatarios/as de la serie. Además de valorar la calidad del trabajo, comentaron los posibles usos de los materiales en los espacios de formación de los cuales son parte:

Vengo siguiendo los capítulos desde el principio, es un material interesantísimo, además de que sirve como referencia para trabajar el tema. (...) no sólo la cuestión de la tierra, sino la cuestión de los pueblos originarios, la historia, tan similar cuando uno escucha relatos como la Conquista del Desierto, la cuestión de los territorios y sobretodo las alternativas de la organización (...) La constante lucha y el constante conflicto entre la cantidad de personajes que interactúan dentro de la Patagonia: crianceros, pueblos originarios, terratenientes, políticos, punteros (...) Los otros capítulos desde la cuestión de los agroquímicos a la cuestión de la organización política (...) 11.

En general, los cuatro videos me parecieron muy buenos, los que más me gustaron fueron el capítulo 1 y el 2. Respecto del número 2, me pareció muy interesante por la problemática que aborda, la del río Atuel, hace mucho que se viene trabajando en La Pampa y no ha tenido alcance suficiente en los medios de alcance nacional. Es un ejemplo bárbaro para trabajar con los profesores de secundaria, de geografía, sobre el cauce de los ríos, qué pasa con el agua (...) Se podría presentar a las inspectoras de la zona para que se trabaje en geografía12.

Esto abre una nueva perspectiva que no estaba considerada inicialmente en función de cómo estos materiales permiten acercar realidades y problemas propios de contextos específicos y que podrían articularse con contenidos del currículum escolar.

4- La dinámica de trabajo: acuerdos y cuidado de las organizaciones y sus sujetos

La dinámica de trabajo que el equipo de investigación-extensión viene sosteniendo se sustenta en la construcción de acuerdos con las organizaciones con las que se vincula en base a sus preocupaciones y necesidades, en respetar las acciones a seguir en el marco de dichos acuerdos y en no tomar decisiones como equipo sin acuerdo con la organización. En el caso particular del trabajo que dio origen a la serie, el MTE compartió su necesidad de registrar y socializar lo que estaba sucediendo con los distintos sujetos de la rama rural que no estaba siendo contado y, además, la importancia del registro audiovisual tomando en cuenta el tipo de sujeto que la integra con un bajo nivel de escolarización. Desde la universidad, por nuestra parte, consideramos valioso el proceso de conocimiento de la realidad rural buscando colaborar con los procesos de lucha y construir conocimiento junto con las organizaciones y movimientos populares.

Algunos de los acuerdos con el MTE ya fueron explicitados: los objetivos de la serie, sus destinatarios/as, el salto al público externo a la organización. Otro aspecto donde también los acuerdos se pusieron en juego fue en la edición de los documentales. La edición implicó un primer momento de trabajo por parte del equipo universitario que luego fue puesto a consideración de los sujetos con los que habíamos interactuado en cada territorio y con la interlocución de los/as referentes nacionales para que pudieran hacer una previsualización de los materiales y hacernos llegar su parecer. Así, la serie se armó en estrecha relación con militantes de base de las comunidades rurales y con referentes del MTE Rural a nivel nacional.

La producción conjunta de los documentales resultó valorada por la organización en cuanto a la construcción de “un piso de acuerdo” que permitió generar confianza para futuras demandas y productos fruto de la articulación. ¿Qué camino realizamos como investigadores/as para ir a buscar la palabra de los/as protagonistas y comunicarla? ¿Qué preguntas llevamos a ese encuentro? ¿Cómo se construyó ese guión polifónico? ¿Qué implicancias tiene este piso de acuerdo? Desde hace años nuestro equipo de investigación-extensión afirma la idea de no ser quien represente a las organizaciones con quienes trabaja, ya que ellos/as asumen su propia representación. El hecho de que en los videos no aparezcan académicos/as especialistas o un/a narrador/a es una decisión que no tiene que ver con lo estético sino con una forma de construir conocimiento que se traduce, a su vez, en una forma de contar. Una manera de hacer lugar para que los sujetos asuman su propia representación. Este proceso se realiza en diálogo con el equipo de la universidad que pone a disposición un cierto conocimiento sobre los sujetos y su situación, más el conocimiento técnico de la edición, instancia que conlleva varios intercambios, pruebas, idas y vueltas entre los sujetos y el equipo, hasta que se construye el guión donde los sujetos pueden reconocerse en eso que se relata.

El armado del trailer para la difusión de la proyección de la serie conforma un interesante analizador de este modo de trabajo. El final de la primera versión del trailer propuesta terminaba con una mención de un productor hortícola sobre la reforma agraria a la que se refería como algo deseable, pero difícil de ser alcanzado. Al compartir el trailer, la mirada del movimiento señalaba que, siendo la reforma agraria uno de los idearios del MTE, ese final no convocaba a la acción, no se reconocían en esa incerteza sino más bien en la afirmación de un ideario que motoriza la lucha y organización cotidiana. La decisión fue entonces revisar la edición para acortar el trailer y omitir ese final, respetando la mirada del MTE, aunque la versión original ya estuviera en circulación. No obstante, esta situación interpeló al equipo respecto a la co-producción de conocimiento, en cuanto a la posibilidad de mostrar los aspectos contradictorios y no clausurados que caracterizan los procesos de organización popular. Y, a su vez, también comprendía nuestro rol; esto es, la articulación de miradas y voces entre los sujetos que se entrevistaron, la organización y nosotros/as como equipo de investigación-extensión. ¿Es el documental el espacio para visibilizar estas contradicciones? ¿Cómo y quién lo determina? ¿No hacerlo vuelve a la serie propaganda institucional de una organización? ¿Puede la ausencia de contradicciones generar una pérdida de la potencia discursiva de la producción audiovisual? ¿Puede ocurrir que la ausencia de contradicciones desacredite el discurso de los sujetos y del colectivo? Y, por otra parte, ¿qué lecturas de esas contradicciones pueden hacer públicos que desconocen la complejidad de los procesos de organización populares?

A partir de estos interrogantes, reafirmamos la centralidad del cuidado de las organizaciones para no dañarlas y de actuar con organicidad a la hora de la circulación masiva de un material, a riesgo de que pueda leerse como ausencia de crítica. Entendemos que la serie conforma un material militante en cuanto que no es imparcial, que existe un posicionamiento y una intencionalidad que apuesta a incidir directa o indirectamente en el fortalecimiento de las prácticas organizativas y productivas de los sujetos protagonistas del documental. Como equipo asumimos entonces “el desafío de situarnos en un lugar complejo, inestable, ajeno a la imparcialidad, que es el de ser parte de las luchas sociales y de la construcción de otras realidades posibles” (Michi, Di Matteo y Vila, 2019:3).

Este respeto y cuidado de la organización también se pusieron en juego en otras situaciones donde el registro audiovisual operaba como un producto abierto a las distintas voces y perspectivas que se iba nutriendo de las previsualizaciones. En el caso del documental sobre el Oeste Pampeano, una compañera transmitió el pedido de que se tapara “la basura” de la imagen del fondo de la casa donde se filmó una de las entrevistas. Si bien desde el criterio estético y de relato no había motivos para interpretar esa acumulación de objetos como basura, se entendió que la protagonista no quería verse con ese fondo ante la mirada de los/as destinatarios/as potenciales. En igual sentido, la devolución de la previsualización del capítulo referido a los/as horticultores/as de Buenos Aires nos situó en la ausencia de la inclusión de la voz de las mujeres en la selección realizada, siendo el género un aspecto importante del trabajo que se encuentra llevando adelante la rama rural del MTE. Aquí también se revisó el material bruto con el que se contaba en el que predominaban las voces masculinas, ante la imposibilidad de nuevos registros por la situación de pandemia, con el fin de recuperar las entrevistas realizadas a mujeres. Se decidió incorporarlas al inicio del capítulo, dándole fuerza a estos testimonios.

Reflexiones finales

Este artículo buscó sistematizar de manera preliminar la experiencia de relevamiento, registro, edición y proyección de un producto audiovisual como parte de la experiencia de vinculación entre un equipo universitario y un movimiento popular. Entendemos que la serie documental “Tierra para quien la trabaja, alimentos para el pueblo” expresa y condensa una forma de trabajo en clave de co-producción de conocimiento. Nos interesa recuperar a modo de reflexiones de cierre algunos aspectos transversales a los ejes de análisis elegidos para estructurar la sistematización que abren a nuevas líneas de indagación y trabajo.

Por un lado, hallamos una potencialidad en la elección del registro audiovisual en tanto amplifica sujetos destinatarios, ámbitos de circulación y usos de los materiales. En este sentido, consideramos que la producción audiovisual explica el impacto que tuvo la serie documental medido en función de la cantidad de reproducciones de los distintos capítulos y de las sus repercusiones. Un aspecto que pudo haber intervenido en este impacto se vincula al contexto de pandemia: de una parte, puso en suspenso los espacios de formación colectivos presenciales y erigió la socialización del documental por los canales de comunicación internos al MTE como una herramienta de formación; de otra parte, el aislamiento aumentó la influencia de los medios masivos de comunicación, pudiendo haber propiciado las visualizaciones en el público externo a la organización. De lo anterior se desprende también una inquietud respecto al registro textual, de uso tan extendido en el ámbito universitario, al tomar en consideración no sólo la masividad de ciertos consumos culturales audiovisuales sino también el tipo de sujeto que conforma la economía popular rural.

Por otro lado, insistimos en la importancia de dotar de flexibilidad a los acuerdos construidos con los movimientos populares para ser capaces como equipo de investigación-extensión de intervenir en ciertas coyunturas que se abren y que no estaban previstas; coyunturas que se erigen en oportunidades para dar disputas de sentido a través del discurso audiovisual u otras intervenciones. Más allá de los cambios que generó en los objetivos y los/as destinatarios de la serie documental, el salto a la masividad da cuenta del dinamismo de la realidad social en la cual se inscriben los movimientos populares y nosotros/as como investigadores/as, extensionistas y docentes. Adicionalmente, muestra que en los procesos de co-producción de conocimiento las organizaciones populares intervienen en la definición del problema, la metodología de trabajo y la evaluación.

Finalmente, consideramos que la co-producción contribuye a legitimar conocimientos vinculados a las necesidades y demandas populares, problematizando y repensando el lugar de la universidad como única productora de conocimiento legítimo. A la par de la disputa epistémica, avanzar en propuestas de co-producción tiene el objetivo de fortalecer los procesos organizativos que se vienen desarrollando. Solo si esta tarea se realiza en conjunto con los/as protagonistas de esas prácticas, los conocimientos en juego podrán tener incidencia en la praxis cotidiana de esos sujetos.

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Michi, N. (2020). Reflexiones sobre la producción de conocimientos o pequeñas contribuciones a una agenda de trabajo. Investigación Militante. En Melgarejo, P. (coord) Pedagogías del sur en movimiento. Nuevos caminos en investigación. Veracruz: Universidad Veracruzana.

Michi, N.; Di Matteo, A.J.; Vila, D. (2019). Universidad, Movimientos y Educación Popular: Entre senderos y bordes. EdUNLu (en prensa)

Tapia, L. (2008). Movimientos sociales, movimientos societales y los no lugares de la política. En Política salvaje. La Paz: CLACSO, Muela Del Diablo, Comunas.

Tommasino, H. y Cano Menoni, A. (2016). Modelos de extensión universitaria en las universidades latinoamericanas en el siglo XXI: tendencias y controversias. Universidades, 67: 7-24.

Tommasino, H. y Rodríguez, N. (2010). Tres tesis básicas sobre extensión y prácticas integrales en la Universidad de la República, bases y fundamentos. Publicado en Comisión sectorial de extensión y actividades en el medio. Integralidad, tensiones y perspectivas. Cuaderno de extensión, 1.

Notas al pié

1. La serie se encuentra disponible en: https://www.youtube.com/channel/UCx2JadjM7MsZyTLoDWXDfSw

2. El programa “Movimientos populares, educación y producción de conocimientos” nuclea al proyecto de investigación “Procesos de producción de subjetividades en la praxis organizativa, política y pedagógica de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y al proyecto de extensión “Sistematización de experiencias organizativas y productivas de la CTEP”.

3. La primera transmisión fue el 3 de julio en el canal Barricada TV (Canal 32.1 de TDA) y luego se transmitió en PAREStv (Canal 32 de TDA) y GIRAMUNDO TV (Canal 34.1 de la TDA). En la TV cooperativa de General Pico, La Pampa (TVCo), se transmitió durante agosto y septiembre de 2020 en el espacio Docus, dedicado a documentales. Fue replicado en las redes sociales y en el canal de Youtube del Departamento de Educación de la UNLu.

4. Intercambio por whatsapp entre una integrante del equipo de investigación y un militante de General Pico, La Pampa. Septiembre 2020.

5. Audios de whatsapp intercambiados entre un referente del MTE de General Pico, La Pampa y un referente del MTE de La Plata, Buenos Aires. Septiembre 2020.

6. A este respecto, resulta interesante continuar indagando en las diferencias que encontramos entre el ejercicio de co-producción de la serie documental y el de cartillas para la formación surgidos del mismo proceso de vinculación con el MTE.

7. Reunión del equipo de investigación-extensión con referente nacional de la rama rural del MTE para revisar el trabajo conjunto, 10/9/2020

8. Reunión del equipo de investigación-extensión con referente nacional de la rama rural del MTE para revisar el trabajo conjunto, 10/9/2020.

9. Intercambio vía whatsapp con referente nacional de la rama rural del MTE, julio 2020.

10. Ese video preliminar cuenta con un número muy significativo de visualizaciones en relación a los demás. Tomando los tres enlaces a través de los cuales circuló en su versión preliminar y final como parte de la serie suma un total de 21.158 visualizaciones hasta la escritura de este artículo. Los múltiples usos locales del capítulo podrían explicar el alto número de visualizaciones en la web, por encima de lo que ocurrió con los demás capítulos de la serie.

11. Intercambio por whatsapp con docente de un bachillerato popular del Barrio Ameghino, Luján provincia de Buenos Aires, en el cual enumera contenidos curriculares que se desprenden a partir de la serie y posibilitan el trabajo docente.

12. Intercambio por whatsapp con una docente de la Universidad Nacional de Luján.